viernes, 26 de octubre de 2007

AGRADECIMIENTO

La verdad es que cuando uno no sabe para qué sirve un cuaderno de estos, al menos se tiene la certeza de que sirve para dar las gracias. Ya en su momento sirvió para dar explicaciones de mi salida de la junta de Jesús –¡qué lejano, ya, todo aquello!– y ahora quiero utilizarlo para dar las gracias, públicamente, a la Cofradía de La Sentencia. El domingo por la noche, anginoso y adormilado, recibí la llamada del Hermano Mayor para comunicarme la noticia de que me habían elegido como Exaltador de la Semana Santa. Ahí es nada. Le dije que sí porque, precisamente a ellos, no podía decirles que no: hay demasiada gente a la que aprecio en esa cofradía como para negarme a esto. Ahora, bien sabe Dios lo mal que lo pasaré ese día: soy tímido, me avergüenzan todas estas cosas, no me gustan los elogios ni los aplausos, le tengo pavor a salir en los medios, me da pánico una lectura de este tipo en la que habrá que poner algún énfasis del que carezco, alguna gracia que no tengo… en fin, que soy un bicho raro al que le gustan sus soledades y sus tranquilidades, sus amigos y sus cosas y al que le gusta poco que se entrometan en su vida. Por eso, y por esta vez, pase, sin que sirva de precedente. Pese al mal rato que pasaré, en el fondo tengo que confesar que me halaga el llamamiento de La Sentencia, porque dice mucho de ellos. Siempre he estado en contra de su “forma de procesionar”, pero siempre he defendido su buen hacer y extraordinario sentido de hermandad. Precisamente por haber sido uno de sus grandes críticos muchos no se hubieran imaginado nunca que yo hubiera recibido este encargo: y es eso lo que dice mucho de esta cofradía joven y ejemplar, que crece con las críticas, que mejora con los críticos. ¡De momento una cofradía que yo me sé hubiera hecho algo así! ¡De momento no habría saltado el espíritu inquisitorial en alguna de las cofradías que presumen de ser ejemplos a seguir y que denigran, corporativamente, a La Sentencia! En fin, no nos enredemos más en esto, que voy a acabar perdiendo la compostura…

No sé quienes habrán sido los ideólogos de este nombramiento, porque conozco y aprecio –y sé que me aprecian– a mucha gente de la directiva de esta cofradía. Pero me imagino que detrás habrán estado Luis Carlos Arriaga, Alfonso Donoso, Antonio Montesinos, José Madrid… A todos ellos gracias de manera muy especial: me debéis una cerveza para pasar el mal rato.

Bueno, pues eso, que ya estamos metidos en este embolado. Y que pese a que el bicho tiene dos pitones que ni los de los toros de Dolores Aguierre, pues que muchas gracias amigos de La Sentencia. Espero no defraudaros aunque puedo aseguraros que los morbosos se van a quedar a dos velas. Abrazos.

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