Siempre he estado convencido de que votar es una obligación moral, a más de un deber como ciudadanos. Y lo es, porque durante muchos años en este país no se podía votar, porque mucha gente en este país se murió sin poder votar o dio la vida para que hoy podamos votar. Por eso creo que es importante votar: y en España, donde tan cercanos quedan los años de la infamia, más importante, más necesario, más obligatorio.
Pero además, hoy, votar, es casi un imperativo: nos lo ha pedido Sandra Carrasco, la hija de Isaías Carrasco, la última víctima de los hijos de puta de ETA. En el gesto de esa muchacha de veinte años que intentó tapar con sus manos las heridas por las que se escaba a chorros la vida de su padre, en ese gesto de salir antes de que su padre hubiera sido enterrado a pedirnos que acudamos a votar, ahí hay una valentía cívica digna de todo elogio. Valentía: esas sencillas palabras son la valentía, el ejemplo de lo que es ser valiente, honradamente valiente. Lo otro, lo de los asesinos, lo de llegar por la espalda y descerrajar cinco tiros en la nuca de una persona indefensa, eso no es de valientes, no, eso es de miserables, de personas que deberían haber muerto nada más nacer. Pero ya lo sabemos: la muerte es injusta y siempre es corto el tiempo de la vida de los justos mientras los cabrones tardan años y años en morirse. Por cierto, ¿ha escuchado alguien al obispo Setién abrir la boca después de este atentado? ¿Repartirán mañana los obispos una nota episcopal en las iglesias criticando a este obispo criminal? ¿Tendrá Setién mañana la cobardía de subirse a un altar y consagrar el Cuerpo de Cristo? Ya lo hemos dicho: que injusta es la muerte.
Volviendo a lo de votar: hoy hay que votar. Hay que votar por los que no pudieron hacerlo durante muchos años. Hay que votar por Isaías Carrasco. Hay que votar porque así nos lo ha pedido su hija. Hay que votar lo qué sea, lo qué se quiera: al PSOE, al PP, a IU NO (más que nada porque en Mondragón gobierna con los criminales de Batasuna, en coalición, sin que a esta panda de descerebrados que se llaman de izquierdas se les caiga la cara de vergüenza), a Zapatero, a Rajoy, a Llamazares NO (por lo mismo, por consentir que aún dure ese pacto con los asesinos), a Chaves, a Arenas, a los andalucistas, a Julián Álvarez, a UPD, a Rosa Díez, al SAIN, a Ciutadants, hay que votar en blanco, o meter una papeleta por Santa María o una foto de la Pataky o un poema de Machado. Lo qué sea, lo que cada uno quiera, cómo cada uno quiera, pero hoy, tal vez más que nunca, hay que votar, para que no se escuche más la voz de las pistolas. Es nuestra obligación como personas decentes, como hombres y mujeres de bien, como patriotas.
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