Durante la romería de la Virgen de Guadalupe de 1983, un grupo de jóvenes romeros decidió fundar una cofradía de carácter eminentemente mariano para rellenar el hueco que quedaba en el Lunes Santo ubetense procesionando una dolorosa bajo la advocación de Virgen de Gracia. Se trataba de una advocación nueva que, sin embargo, tenía en Úbeda mucha historia detrás.
Se sabe que hasta el siglo XVIII existió una ermita dedicada a Nuestra Señora de Gracia, de la que se tienen pocos datos. Estuvo situada en el Camino de Valencia, entre los cruces de los caminos de Madre de Dios y Viejo de las Canteras, emplazándose posiblemente en lugar cercano al actual Colegio “Juan Pasquau”. Tampoco se conservan muchos datos de su fábrica: era amplia y se levantaba sobre una gran lonja, rodeada de huertos, encinas y viñedos. Debió arruinarse avanzado el siglo XVIII, pasando la imagen de la Virgen a la cercana ermita de Santa Quiteria. Se sabe, sí, que durante la epidemia de peste de 1679 fue utilizada como lazareto, en el que llegó incluso a estar recluido (hasta su traslado a la más lejana ermita de Madre de Dios) el nuevo prior del convento de los carmelitas.
¿Tuvo la ermita de la Virgen de Gracia traza gótica? ¿Se levantó en las postrimerías de la Edad Media? Es imposible saberlo, aunque se tiene la certeza de que existía en el siglo XVI, pues en fecha tan temprana como 1507 hay constancia de una cofradía organizada entorno a la imagen de la Virgen de Gracia, en esa ermita. Cofradía amparada por una de las cofradías del Santísimo Sacramento, tal vez la de la Parroquia de San Nicolás, por ser la ermita de su jurisdicción. Se desconocen también los cultos que dicha cofradía debió organizar y las fechas en que se celebraban, pero debía celebrarse alguna procesión pues en el inventario del santuario realizado el 22 de octubre de 1786, figuran dos pares de andas, amén de varias piezas de orfebrería y un rico ajuar de las imágenes de la Virgen y del Niño.
De lo que sí se tiene absoluta certeza es de que la imagen de la Virgen de Gracia no era una dolorosa. Era una imagen de gloria vestida con túnica morada y manto real bordado, que tenía en sus brazos una imagen exenta del Niño Jesús. Similar, por tanto, a la otra imagen de la Virgen de Gracia (también conocida como “de la Peña de Francia”, con cofradía propia), que tuvo capilla en el templo de los trinitarios, donde debió conservarse hasta la Guerra Civil. De la imagen venerada primero en la ermita de la Virgen de Gracia y luego en la de Santa Quiteria no se sabe nada: se la tragó la turbulenta historia del siglo XIX. Sólo el Lunes Santo de 1987 fue posible ver en procesión una nueva imagen de la Virgen de Gracia, obra de Ramón Cuadra.
Se sabe que hasta el siglo XVIII existió una ermita dedicada a Nuestra Señora de Gracia, de la que se tienen pocos datos. Estuvo situada en el Camino de Valencia, entre los cruces de los caminos de Madre de Dios y Viejo de las Canteras, emplazándose posiblemente en lugar cercano al actual Colegio “Juan Pasquau”. Tampoco se conservan muchos datos de su fábrica: era amplia y se levantaba sobre una gran lonja, rodeada de huertos, encinas y viñedos. Debió arruinarse avanzado el siglo XVIII, pasando la imagen de la Virgen a la cercana ermita de Santa Quiteria. Se sabe, sí, que durante la epidemia de peste de 1679 fue utilizada como lazareto, en el que llegó incluso a estar recluido (hasta su traslado a la más lejana ermita de Madre de Dios) el nuevo prior del convento de los carmelitas.
¿Tuvo la ermita de la Virgen de Gracia traza gótica? ¿Se levantó en las postrimerías de la Edad Media? Es imposible saberlo, aunque se tiene la certeza de que existía en el siglo XVI, pues en fecha tan temprana como 1507 hay constancia de una cofradía organizada entorno a la imagen de la Virgen de Gracia, en esa ermita. Cofradía amparada por una de las cofradías del Santísimo Sacramento, tal vez la de la Parroquia de San Nicolás, por ser la ermita de su jurisdicción. Se desconocen también los cultos que dicha cofradía debió organizar y las fechas en que se celebraban, pero debía celebrarse alguna procesión pues en el inventario del santuario realizado el 22 de octubre de 1786, figuran dos pares de andas, amén de varias piezas de orfebrería y un rico ajuar de las imágenes de la Virgen y del Niño.
De lo que sí se tiene absoluta certeza es de que la imagen de la Virgen de Gracia no era una dolorosa. Era una imagen de gloria vestida con túnica morada y manto real bordado, que tenía en sus brazos una imagen exenta del Niño Jesús. Similar, por tanto, a la otra imagen de la Virgen de Gracia (también conocida como “de la Peña de Francia”, con cofradía propia), que tuvo capilla en el templo de los trinitarios, donde debió conservarse hasta la Guerra Civil. De la imagen venerada primero en la ermita de la Virgen de Gracia y luego en la de Santa Quiteria no se sabe nada: se la tragó la turbulenta historia del siglo XIX. Sólo el Lunes Santo de 1987 fue posible ver en procesión una nueva imagen de la Virgen de Gracia, obra de Ramón Cuadra.
(Publicado en Diario IDEAL el 17 de marzo de 2008, Lunes Santo)
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