domingo, 28 de diciembre de 2008

MÍNIMAS UBEDÍES (V)



XIII. Pollos Alameda: olor infernal que levanta estómagos cada vez que hay que ir al hospital. Problema heredado de corporación en corporación y todas incapaces de darle solución. Es de suponer que están esperando para arreglar el problema a que la empresa se traslade de ciudad. Aquí, nos las gastamos así.

XIV. ¿Se imaginan la alegría que habrán sentido los vecinos de los pisos y la barriada de casas situada frente a Pollos Alameda cuando hayan recibido la notificación del IBI? Impuesto de lujo para aromas parisienes. Alegría similar a la de estos vecinos sentirán los currantes de Alameda cuando la empresa les notifique se va de Úbeda. Que acabará pasando: son ya muchos años mareando la perdiz para buscar una solución. Ni el que mejor sepa gasta inocentadas es capaz de hacer una tan redonda como ésta.

XV. Tema de reflexión: ¿qué ha ocurrido en esta ciudad para que los mecanismos democráticos de elección de la elite hayan producido en Úbeda un empeoramiento generalizado de esa elite social y política? Los años 50 y 60 son los años de una generación extraordinaria: se puede estar en desacuerdo con ellos, pero no se puede negar su valía. Incluso en los 70 y la primera mitad de los 80 es posible rastrear la excelencia en la elite de la ciudad. Pero los años 90 y la década presente son el espejo de la medianía encumbrada al poder: no sé si se puede estar de acuerdo con esta elite, pero no se puede negar su nulidad.

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