martes, 30 de diciembre de 2008

MÍNIMAS POLÍTICAS (VI)



XVI. Las clases medias no miran la política con los ojos del corazón, sino con el ojo por el que rebosan los intestinos. La libertad, la solidaridad con los que menos tienen, la educación pública... nada de eso importa realmente a los votantes del llamado centro político. Piensan, únicamente, en llenar la panza. O el bolsillo. Caiga quién caiga.

XVII. Un votante de la clase media puede, perfectamente, ir a una manifestación contra la guerra y votar luego al gobierno que a ella condujo. Lo mismo que puede ir a un misa en la que el cura clama en defensa de la familia y luego despide a la dependienta de su comercio cuando se queda embarazada. Para esa persona la manifestación o la misa son sólo un trozo de papel higiénico moral con el que limpiar su conciencia. Lo que importa, en todo caso, es tener siempre llenos los intestinos.

XVIII. El ciudadano de clase media es esencialmente amoral. No quiere compromisos de ningún tipo, pero busca complicidades que le limpien la conciencia. Vota con el bolsillo, pero intenta convencerse de que está obligado a ello porque los políticos no le permiten votar con el corazón. Ahora, que no surja un político para el corazón o la cabeza, porque se ganará el desprecio de toda la clase media. El lema de estos millones de personas es, siempre: lejos de nosotros lo que invite al compromiso moral.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante lo que dices sobre las motivaciones del voto de la clase media. Tengo, y lo prometo, que hablar de esto con mi perro, que se define "apolítico".
Un saludo.