domingo, 7 de diciembre de 2008

MÍNIMAS UBEDÍES (II)



IV. Lo volvemos a constatar: ni los catolicísimos olivareros ni los izquierdísimos de la Junta de Andalucía quieren saber nada de los emigrantes. Eso es un tema del Ayuntamiento.

V. Negociación del convenio para la campaña de recogida de aceituna de este año: los olivareros siguen negándose a correr con los gastos de alojamiento de los inmigrantes. Si se quieren alojar a nuestra cuenta, dicen, ahí están los cortijos. Pero tampoco quieren que sean inspeccionados por la autoridad laboral: mano de obra barata. A lo mejor hace falta un Abraham Lincoln que venga a correr a cañonazos a estos buitres.

VI. Delicado tema el de la seguridad ciudadana. Comenta nuestro amigo Alberto en Ideal que en sólo un fin de semana tres agentes de la Policía Local tienen que atender varios robos en coches o locales, tres casos de terrorismo machista y algunas peleas en discotecas. Todo ello coincide con la llegada de inmigrantes a Úbeda: mucha gente comienza a ver a esas criaturas desgraciadas como simples portadores del virus de la delincuencia y la carencia de Policía Local no hace sino azuzar el sentimiento. La llegada de inmigrantes coincide con esta ola de delitos, mientras aquí nadie parece interesado en arreglar el tema de la Policía Local. Los políticos debieran tener la responsabilidad suficiente –grave responsabilidad– para, de una vez por todas, poner fin al conflicto con la Policía Local, no sea que un día ocurra una desgracia mayor que la de esa mujer arrastrada por el suelo cuando intentaron robarle su bolso. Puede que entonces estalle la desilusión hasta ahora contenida.

2 comentarios:

E. Santa Bárbara dijo...

Si un día ocurriese una desgracia en nuestra ciudad, como consecuencía de la ausencia casi absoluta de policías, Marcelino y Clemente tendrían que irse de Úbeda. ¡Lo juro!

Manuel Madrid Delgado dijo...

En Úbeda nunca pasa nada. Eso es una ventaja para todos los políticos de todos los partidos. Es fácil gobernar este pueblo.
Saludos.