Todos conocemos la velocidad con que la luz se mueve por los espacios siderales. Y sin embargo hay algo que le gana: la estupidez, que se propaga a velocidades de vértigo a poco que se le pongan ganas y afán. Ganas y afán pone el sistema educativo español para difundir entre nuestros niños costumbres tan extrañas a estos lares como el famoso Jalogüen o el no menos famoso Papa Noel. Como las castañas asadas y el Don Juan y los cementerios son costumbres antiguas –y no hablemos de los Reyes Magos o los nacimientos con su musgo y su serrín–, pues las autoridades educativas acuden al rescate de los infantes hispanos y en las aulas en que debieran enseñarlos a leer y a escribir los disfrazan de muertos vivientes y brujas curujas o los ponen a colorear simpáticos renos de Laponia, según las fechas. Seguidamente los chinos –que tienen de tonto menos de lo que nos pensamos– se dedican a fabricar al por mayor disfraces tétricos o papasnoeles, que invaden las que en los buenos tiempos de la peseta fueron tiendas de “todo a cien” y ahora son de “todo a euro”. Y de las tiendas los papanoeles pasan a los balcones, que es a donde yo quería llegar –quería llegar a ese tema, digo, no a que me cuelguen de un balcón–.
Queda todavía una semana, día arriba día abajo, para la Navidad, pero nuestras calles ya llevan medio mes derrochando la luz que el ministro Sebastián nos cobra a precio de oro y, si comparten ustedes la desgracia de los que vivimos en el centro de Úbeda, ya habrán escuchado diez mil ochocientas veces los chirriantes villancicos del hilo musical instalado en las calles comerciales de su ciudad. Y este año más que el pasado pero menos que el que viene habrá decenas de balcones en los que cuelgue un muñecajo de trapos rojos: Santa Claus, alias Papa Noel. Es lo que se lleva, poner un Santa en nuestros balcones.
Todo lo anterior es sólo el preámbulo para la propuesta que hoy quiero formalizar con este artículo: la de crear un Grupo Guerrillero de Liberación de los Reyes Magos, que son víctimas predilectas de la ola de desprecio por las costumbres españolas que anega nuestras Navidades. Una vez formado el dicho Grupo tendríamos que releer las doctrinas de la guerra justa desde Tomás de Aquino hasta ahora, no sea que saliera algún progre y nos acusara de retrógrados violentos, o se cruzara en nuestro camino alguna asociación de comerciantes y nos señalara como aguafiestas del negocio navideño: hay que tener argumentos para demostrar que nuestra acción es justa y necesaria. Y luego ya sabemos: los más intrépidos y ágiles –tipo mi amigo Manolo Rus– a trepar por los balcones y arrancar a los invasores papanoeles para arrojarlos a una hoguera. Los menos intrépidos o francamente torpones –tipo yo– a apedrearlos desde las aceras hasta dejar sus ropas rojas hechas jirones, gritándole a las criaturas y criaturos destrozados por la ola de estupidez consumista que Santa Claus son los padres. Pues guerra al Santa… ¡y que vivan los Reyes Magos!
(Publicado en Diario IDEAL el día 18 de diciembre de 2008)
Queda todavía una semana, día arriba día abajo, para la Navidad, pero nuestras calles ya llevan medio mes derrochando la luz que el ministro Sebastián nos cobra a precio de oro y, si comparten ustedes la desgracia de los que vivimos en el centro de Úbeda, ya habrán escuchado diez mil ochocientas veces los chirriantes villancicos del hilo musical instalado en las calles comerciales de su ciudad. Y este año más que el pasado pero menos que el que viene habrá decenas de balcones en los que cuelgue un muñecajo de trapos rojos: Santa Claus, alias Papa Noel. Es lo que se lleva, poner un Santa en nuestros balcones.
Todo lo anterior es sólo el preámbulo para la propuesta que hoy quiero formalizar con este artículo: la de crear un Grupo Guerrillero de Liberación de los Reyes Magos, que son víctimas predilectas de la ola de desprecio por las costumbres españolas que anega nuestras Navidades. Una vez formado el dicho Grupo tendríamos que releer las doctrinas de la guerra justa desde Tomás de Aquino hasta ahora, no sea que saliera algún progre y nos acusara de retrógrados violentos, o se cruzara en nuestro camino alguna asociación de comerciantes y nos señalara como aguafiestas del negocio navideño: hay que tener argumentos para demostrar que nuestra acción es justa y necesaria. Y luego ya sabemos: los más intrépidos y ágiles –tipo mi amigo Manolo Rus– a trepar por los balcones y arrancar a los invasores papanoeles para arrojarlos a una hoguera. Los menos intrépidos o francamente torpones –tipo yo– a apedrearlos desde las aceras hasta dejar sus ropas rojas hechas jirones, gritándole a las criaturas y criaturos destrozados por la ola de estupidez consumista que Santa Claus son los padres. Pues guerra al Santa… ¡y que vivan los Reyes Magos!
(Publicado en Diario IDEAL el día 18 de diciembre de 2008)
8 comentarios:
Amigo Manolo, me uno a tu Grupo Guerrillero de Liberación de los Reyes Magos. Lo dicho: ¡Guerra al Santa… ¡y que vivan los Reyes Magos!
Saludos.
Blas Molina
¿Qué te parece si en lugar de la hoguera, echáramos una soga en la plaza vieja, de palmera preciosa a palmera preciosa y los ahorcáramos? La gente los vería y serviría como escarmiento.
Muerte también a Rudolf (o como se escriba)
Manolo, yo también me uno al Grupo Guerrillero de Liberación de los Reyes Magos. ¡Vivan los Reyes Magos y los regalos el 6 de enero! ¡No a Papá Noel en España!
Un abrazo
Unidos nos consideramos a este grupo, que vergüenza me da ver este personajillo colgado por los balcones, madre mia.Desde las parroquias ubetenses,( y también en los chinos...; porque como bien dices de tontos na de na)se estan haciendo unas colgaduras con un niño Jesús y una felicitación navideña, que tampoco es que me convenza mucho,pero mejor que el orondo personaje.
El otro día me hizo mucha gracia, cuando yendo hacia mi trabajo, en uno de los pueblos cercanos a Úbeda, en una supercasa a orillas de la carretera, pude observar en el centro del balcón una de las colgaduras del nño Jesús y en la esquina del mismo balcón al colorado trepador.Pensé muchas cosas, pasando por la contradicción, el posible entendimiento, pero finalmente me quede con el respeto, ya que al propietario de esa casa le gustará.... a mi no.
Saludos y Feliz Navidad
A veces no se trata de Papa Noel o de los Reyes Magos; simplemente es la ilusión de un niño. Lo que ocurre es que cuando los adultos entramos a formar parte de algún tema como bien podría ser este, se corrompe, ni más ni menos porque así de cafres y de manipuladores somos.
Que culpa tiene el pobre Papa Noel.
Saludos.
Papa Noel.
La verdad es que el amigo Santa nos echa una mano en estos días que es de agradecer. Es un inmigrante más, pero muy buena gente.
Saludos desde oriente.
Baltasar.
¿Aún creen ustedes en los Reyes Magos?
Saludos
La tía Tragantía.
Aunque,en estos días, no tan ágil, me uno al grupo que ya le daré utilidad a la escayola.
Gus.
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