domingo, 14 de diciembre de 2008

MÍNIMAS UBEDÍES (III)



VII. El gran drama del servicio de aguas en nuestra ciudad no es quién lo gestione, porque seguramente la gestión es más eficaz en lo privado: lo terrible es que la empresa concesionaria del agua se ha arrogado derechos gansteriles con el consentimiento municipal. Un ejemplo: a una familia humilde con problemas para pagar una cuota de agua se le puede cortar este servicio fundamental, sin más.

VIII. Otra vez el agua. Imaginen que llega a la casa de una familia de jubilados que pasa un mal mes –supongan que acaban de pagar la contribución resultante del catastrazo– un recibo de la empresa de aguas por un total de 35 euros. Supongan que 12 euros se correspondan a basura y el resto a consumo de agua. Supongan que ese matrimonio que vive de una pensión tiene para pagar el agua pero no la basura y que con tal intención se personan en la empresa de aguas. Supongan que les dicen que tienen que pagar el recibo completo –y eso que la basura no es un servicio que preste la empresa concesionaria del servicio de aguas–, que no pueden pagar el agua sí y la basura no. Supongan que este matrimonio se va sin pagar, porque no puede. Ya no supongan más: les cortarían el agua. Esto es así. Por eso no importa quién gestione: lo que importa son los límites que el Ayuntamiento ponga al comportamiento mafioso. Por ahora, lleva muchos años consintiéndolo. Mañana, Dios –o Izquierda Unida– dirá.

IX. La vida de los edificios más bellos de Úbeda se mide por temporadas de lluvias: puede que el Palacio de los Orozco no sobreviva a este invierno y a la nueva primavera. Epitafio que el Ayuntamiento colgará en su fachada el día que inauguren un hotel postmoderno: “Así pasa la gloria del yeso hecho belleza.”

1 comentario:

Anónimo dijo...

La fachada del Palacio de los Orozco ha perdido ya casi todos sus adornos modernistas y se está desmoronando, el Ayuntamiento ha puesto vallas para impedir que nadie sufra daños. Tú profecía parece que se va a cumplir.