lunes, 13 de abril de 2009

SÁBADO DE PÁJAROS Y COHETES



Manuel, ya sí, ya sí huele a Semana Santa. Lo que pasa es que tú eres todavía demasiado pequeño y no eres capaz de asomarte al balcón y ver como la tarde de hoy se va a llenar de cohetes y de pájaros. Es la primavera. ¿Que qué es la primavera? Pues me vas a dejar que te lo diga con un pregón pequeño, y puede que hasta estúpido.

Ayer la primavera fueron Los Dolores de la cofradía de La Expiración y las imágenes que se llevaron a Santa María, y hoy es un aire que huele raro, como a humedad inflada de nostalgias, como a vencejos que acaban de volver a sus nidos en las torres viejas trayendo en las alas el olor de las sabanas africanas, hoy la primavera es el presentimiento de los tambores y de las trompetas, hoy es un torbellino de emociones que acuden a mi corazón recordando los años en que era niño. Me gustaría que un día tú también recordarás con nostalgia esta tarde del Sábado de Ramos, que es la tarde más hermosa del año porque todo está intacto, porque aún está sellado en el fondo del corazón el cofre en el que se guardan las melancolías que estos días levantan en nosotros como vulanos escapados del alma.

Hoy –lo verás cuando te saquemos a pasearte– las calles tienen como otro color, y hay gente con prisas para casi todo: para ir a la superlimpieza a recoger la túnica que se manchó y la capa de raso blanco, para ir a la Casa de Cofradías a comprar el capirucho nuevo, para ir a la Casa de Jesús a por un corazón que –por desgracia– ya no se parece a aquellos tan hermosos que bordaban las monjas de Santa Clara, para ir a la panadería y encargar hornazos y tortas de aceite, para ir a por una corbata o unos pendientes que algo hay que estrenar mañana –ya aprenderás que el Domingo de Ramos al que no estrena nada se le caen las manos–. Hoy parece que hay prisa hasta para que pasen las horas: mañana, cuando amanezca, el aire ya se colará por las ventanas aromado de trompetas. Y a partir de ahí, pronto lo vivirás en primera persona, la vorágine de unos días intensos, cristalinos, en los que de un modo u otro vuelve a nosotros la edad que ya hemos vivido, el tiempo que se ha ido para siempre.

Manuel, hoy son las vísperas de la Semana Santa. No es que lo diga tu padre, es que lo dicen el aire y la luz. ¿Vamos abriendo tu corazón pequeño, en el que tanto cabe, para que vayas haciéndo hueco a lo que dentro de unos años vivirás en estos días?

(Publicado en diario IDEAL el día 5 de abril de 2009)

2 comentarios:

Diego de la Cruz dijo...

Amigo Manolo, como soy un ferviente seguidor y admirador de nuestro querido amigo y excompañero Manolo Herrera -a él se lo he manifestado en alguna que otra ocasión- he de decirte que estás en lo cierto cuando hablas de ese patrimonio musical cofrade único -posiblemente- en toda España. Y esto viene a colación porque ha caído en mis manos un programa de la Semana Santa de Linares y hay una cofradía que tiene a gran gala disponer de marcha propia, hasta el punto de resaltarlo en el programa. Una vez más queda de manifiesto la idiosincrasia de los ubetenses, nuestra secular pasividad y el no saber sacar partido ni provecho de lo bueno que tiene la ciudad, que, en este caso concreto, es el riquísimo legado musical de nuestras cofradías. Saludos.

Diego de la Cruz dijo...

Obviamente, este comentario, no concuerda con esta entrada. Corresponde al artículo siguiente, sobre Manolo Herrera, y por error lo he situado en este sábado de pájaros y cohetes en el que, mire usted por donde, no se interpretan las marchas de Manolo.