domingo, 30 de noviembre de 2008

MÍNIMAS UBEDÍES (I)



I. Úbeda, ciudad bajo mínimos y casi sin pulso, no da para máximas. Por eso en este Camino solo hemos podido encontrar un puñado de mínimas. Será que se nos ha contagiado el carácter del ambiente.

II. Exposición fotográfica del Concurso Nacional de Fotografía: uno de los grandes eventos culturales del año. Ejemplar trabajo el de estos hombres de la A.F.U. que son capaces de traer en un puñado de fotos todo el dolor y toda la belleza del mundo.

III. Los cajeros llenos de emigrantes por las noches. El pabellón lleno de emigrante que se refugian del frío. El albergue lleno de emigrantes que vienen con esperanzas para recoger desilusiones: no hay trabajo para todos. ¿Quién paga todo esto? En primer lugar se paga con el sufrimiento y la miseria de estas personas. En segundo lugar se intenta mitigar ese drama con los impuestos de los ciudadanos. Pero, ¿por qué en lugar de aplicar un catastrazo sin piedad el Ayuntamiento no ha subido el 1000% la contribución de los olivareros que tienen más de dos o tres mil olivas? Al final el olivar, en Jaén, consiste en eso: de los impuestos de los trabajadores alemanes se obtienen subvenciones millonarias; con los impuestos de los ciudadanos españoles se pagan los gastos que origina el personal que viene a recoger la aceituna.

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