sábado, 1 de noviembre de 2008

CARTA A LOS CIUDADANOS DE ESTADOS UNIDOS: TRAIGAN LA ESPERANZA



El 11 de junio de 1963, el Presidente Kennedy pronunció en Berlín uno de sus más famosos discursos, que concluyó diciendo “Yo también soy berlinés”. Antes había dicho que “Todos los hombres libres, dondequiera que ellos vivan, son ciudadanos de Berlín.” Estoy convencido de que hoy somos muchos los ciudadanos del mundo, los hombres libres del mundo, que donde quiera que vivamos querríamos decir el próximo martes 4 de noviembre que somos ciudadanos de Estados Unidos. ¿Qué es necesario para ello? Pues que ese país fascinante deje atrás estos ocho años de oprobio y vergüenza, que deje atrás Iraq y Guantánamo y que abra las puertas de la esperanza. Eso es lo que esperamos millones de personas en todo el mundo: que de las urnas americanas surja un camino que abra las puertas de la esperanza.

Desde que puse contadores en este Camino, lo han visitado más de 120 personas desde los Estados Unidos. ¿Son muchas? No lo sé, pero son suficientes para hacerles llegar un mensaje pequeño, perdido sin duda en el infinito mar de expectativas que Barack Obama ha levantado en todo el mundo. Un pequeño mensaje:
no se queden en casa, denle una oportunidad al cambio, que es la esperanza. Denle una oportunidad a Obama y háganlo por convencimiento, pero también en nombre de todos los que el martes no podremos votar para elegir el hombre más poderoso del mundo. Si ese hombre es Obama, muchos estamos convencidos de que el mundo no cambiara de un día para otro, pero tenemos el convencimiento íntimo de que podrá empezar a caminar por un camino diferente, que es mucho en este tiempo oscuro. Por eso, en mi nombre y también en el de mi hijo que nacerá en febrero y para el que no quiero un mundo gobernado por los esbirros de Bush, me gustaría sumarme a ese río de ilusión expectante que en todo el mundo aguardará a que se conozcan los resultados electorales de Estados Unidos para desbordarse en un mar de ilusiones.

Sería bueno que todos los ciudadanos estadounidenses supiesen que el martes tienen en sus manos no sólo su futuro, sino el de todos nosotros y el de nuestros hijos. A mí, el miércoles al amanecer, me gustaría escuchar por la radio que el próximo Presidente de Estados Unidos se llama Barack Obama. Entonces podré decir que yo también soy ciudadano estadounidense. Y será un honor, no un baldón, porque podremos ser entonces ciudadanos en espíritu de un país que ha dado hombres ejemplares como Lincoln o Kennedy.

¿Sirve para algo este mensaje? No lo sé, pero creo que si el mundo se mueve por la suma de fuerzas positivas, este pequeño esfuerzo tiene que servir para algo, para que podamos cambiar el mundo. ¿Podemos cambiarlo? YES, WE CAN. Sí, podemos esperar un día soleado y despejar las nubes. Podemos, queremos poder. Ha comenzado la cuenta atrás para esperanza, y ustedes tienen en sus manos la oportunidad (tal vez la última) de hacer un mundo mejor. No la desaprovechen. Pueden traer la esperanza: háganlo, en nombre de todos los hombres y de todas las mujeres libres y decentes del mundo.


4 comentarios:

Diego de la Cruz dijo...

¿Qué quieres que te diga, amigo Manolo? Yo, con el tema de los yanquies soy muy excéptico. Pienso que son dos opciones de derechas que difieren bien poco. De McCain sabemos que es la continuidad, seguiría siendo el comandante en jefe. De Obama voy a hacerte un resumen de sus declaraciones: ¿Seguirán metiendo las narices [bombarderos y agentes desestabilizadores] en otros países? SÍ, ¿Levantará el embargo a Cuba? NO, ¿Seguirá apoyando al gobierno de Israel en su actitud [masacre] contra los palestinos? SÍ, ¿Cerrará Guantánamo? NO.
Ya ves, si sale elegido Obama -todo apunta a ello- cambiarán nombres y cargos, pero en el fondo todo seguirá igual, por eso a mí, lo de las elecciones de EE.UU., ni fu ni fa. Saludos.

Manuel Madrid Delgado dijo...

No estoy de acuerdo contigo en este tema. Las diferencias entre republicanos (y dentro de los mismos republicanos entre los neocons y el resto) y demócratas son mayores de lo que nos pensamos en Europa. Yo no creo que con Obama las cosas sigan igual (llámame ingenuo) ni creo que los Estados Unidos sean tan malos como aquí se los pinta, porque a veces lo que hacen es limpiar la mierda que el resto del mundo (sobre todo Europa, que se la coge con papel de fumar pero que no duda en mirar al otro lado del Atlántico cada vez que tiene una pega) no limpia. ¿Qué comenten excesos? Todo imperio los ha cometido a lo largo de la historia. Pero aún así los Estados Unidos cada vez me parecen un país más admirable y ya quisiéramos aquí tener una democracia tan fuerte y tan fibrosa como aquella.
A mí, lo que más miedo me da es que la progresía española que anda encantada de haberse conocido y con la que parece que no van los problemas de los españoles (no había más que ver ayer a ZP tras conocerse los catastróficos datos del paro) se piense que Obama es como ellos, insustancial, pura imagen, sin contenido. Me resisto a pensar eso y creo, como hace casi cincuenta años el mundo lo sintió con Kennedy, que es posible que hoy haya comenzado el cambio en la cara de un hombre negro.
Saludos.

Diego de la Cruz dijo...

Amigo Manolo, Bush lo hizo tan rematadamente mal y con unos resultados tan catastróficos, que, a poco que se esfuerce el electo Obama, tendrá éxito en su acción de gobierno. Lo que yo quería decir en mi anterior comentario es que, siendo un gran avance y una gran lección de democracia la que nos han dado los estadounidenses, hay muy poca diferencia entre las dos opciones mayoritarias que se disputaben la presidencia, por las razones que antes comentaba -entre otras muchas-. Hoy, la prensa nacional e internacional habla del cambio de lenguaje de Obama antes y después de ganar las primarias de su partido, ya no es el radical que derrotó la Clinton; Obama no inquieta al capitalismo norteamericano; el propio PP español lo sitúa a su derecha, cosa harto difícil. De ahí mis dudas; pero te aseguro que deseo de todo corazón equivocarme, será bien para todos, pues ya sabes eso del estornudo de EE.UU. y el resfriado o pulmonía del resto del mundo. Saludos.

Manuel Madrid Delgado dijo...

Vamos a ver, Diego, yo no estoy diciendo que Obama sea el salvador del mundo, una especie de nuevo mesías. Pero sí estoy convencido de una cosa: que desde España nos estamos acostumbrando a mirar por encima del hombro al resto del mundo, y eso no es bueno, o no es bueno para un sistema político que aún tiene mucho que aprender de las democracias anglosajonas. ¿De verdad no te daba envidia escuchar los discursos de Obama y de McCain, esa tolerancia, ese sentido de unidad, ese respeto, ese afán de trabajar juntos para sacar su país adelante? ¿Qué los Estados Unidos tiene espíritu imperial? ¡Pues claro que sí!, desde su misma fundación como nación ha estado presente en los Estados Unidos la pulsión imperial de la República Romana. Pero eso en sí mismo no es malo: la "izquierda" europea (de la española ni hablamos) tiene que darse un baño de realismo político: las relaciones internacionales son relaciones de poder, puras y duras, y el centro de ese poder, que antaño estuvo en Europa, ahora se ha desplazado bien hacia Asia bien hacia América. Y los Estados Unidos, nos guste o no, son nuestros aliados y desde que nos sacaron las castañas del fuego en la II Guerra Mundial y nos libraron del poder soviético, son la cabeza de un cuerpo político, ideológico y cultural al que pertenecemos (por suerte, añado yo, aunque algunos creamos que es posible transformar esa realidad para mejorarla). Dices que Obama no le da miedo al capitalismo americano: mira, hoy por hoy creo que la realidad del capitalismo es incuestionable, porque no hay otro sistema económico en el horizonte capaz de ofrecer una alternativa al capitalismol. ¿Qué es mejorable? Por supuesto. ¿Qué la izquierda europea tiene que dejarse de discursos demagógicos y que la utopía tiene que ser hacer un mundo habitable, confortable y ordenado, más o menos como intentaron la democracia cristiana y la socialdemocracia en los años 50 y 60? Yo creo que sí, porque trabajar en otra cosa es ganas de perder el tiempo.
Seguramente bajo nuestros pies se están produciendo transformaciones históricas de un calado incalculable, pero no podemos apreciarlas en toda su magnitud. Seguramente el capitalismo que viva mi hijo dentro de una generación tendrá poco que ver con este, por motivos de escasez de energías y de bienes fundamentales. Pero esa es la dirección en la que hay que trabajar: contener el impulso de rapiña que anida en el capitalismo y construir sociedades inspiradas en los valores de la tolerancia, el respeto, la solidaridad entre clases que permite el justo reparto de riqueza y en contraprestación la exigencia de responsabilidad y esfuerzo individual, y la misma libertad del hombre. Hoy por hoy no hay ningún paradigma político que ofrezca más garantías de respeto a estos valores en los que nosotros vivimos que las democracias capitalistas.
Por eso, te repito, yo no creo que Obama haya venido a poner el mundo patas arriba. No se trata de eso: se trata de trazar las líneas maestras por las que tendrá que transcurrir el futuro de las próximas generaciones. Y eso creo que Obama sí es capaz de hacerlo, porque por primera vez podemos estar asistiendo al fenómeno de un credo político postpolítico: si la gente de UPD lleva razón, la izquierda y la derecha están superadas y lo que importan son los valores que conforman la realidad de las democracias del bienestar. O se está a favor de mantener y ampliar esos valores (y creo que Obama está en esto) o se está en contra (como estaba Bush y algún que otro pájaro del trío de las Azores).
Por cierto, te recomiendo que leas el artículo de Ignacio Camacho de ayer domingo en ABC. Magnífico: en eso era en lo que yo pensaba leyendo el discurso de Obama y creo que nuestra democracia y nuestra nación en general tienen mucho mucho que aprender de una sociedad tan madura como la estadounidense. Y conste que no soy ningún tipo de converso al proamericanismo, pero la realidad hay veces es que tiene un camino.
Saludos.