viernes, 20 de mayo de 2011

INDIGNACIÓN





No dejemos que Rubalcaba, con sus antidisturbios y amparado por las divisiones mediáticas, nos haga creer que son una panda de vagos y maleantes. La mayoría son gente corriente y decente, gente cansada. Gente indignada. Quienes acampan en las plazas de España son jóvenes parados, estudiantes condenados, parados que no pueden pagar la luz, amas de casa que piden en Cáritas la leche de sus hijos, familias desahuciadas, trabajadores avasallados. Son personas como yo que escribo, como tú que lees.

Son personas que saben que en España la situación social está al límite, porque son millones los ciudadanos a los que se les ha robado el futuro y asisten, atónitos, al reparto de beneficios escandalosos en los bancos y las grandes empresas, mientras se despide a padres y madres de familia y se recortan derechos sociales. Son personas que saben que en España no ha estallado una revuelta porque son muchos los pensionistas que son sus pagas congeladas están sosteniendo a sus hijos en paro, a sus nietos sin sonrisa.

Son personas que piden una reforma profunda del sistema. Piden que la economía se someta a la democracia, porque no hay más interés económico que el interés de los ciudadanos. Piden que se cambien las leyes para que, como en Islandia, los banqueros puedan ser juzgados y encarcelados, como culpables de nuevos delitos que deben ser incluidos inmediatamente en el Código Penal: los delitos de «lesa economía» y «lesa sociedad», como responsables del sufrimiento de millones de españoles, como responsables de un crimen de «lesa esperanza». Piden que la sociedad no pague la codicia de los poderosos. (Me gusta el reformismo radical inspirado en el espíritu de la postguerra mundial, cuando se mejoró la vida de las personas ampliando la cobertura social, universalizando los derechos sociales, nacionalizando los servicios esenciales, metiendo en cintura a quienes con su avaricia habían hecho posible la miseria, el crimen y la guerra. Los conservadores y los neoliberales han laminado ese espíritu reformista que fue el que derrotó al fascismo en 1945: pero hay que dar la batalla ideológica, porque sigue habiendo alternativas, porque nos va el futuro de nuestros hijos en la derrota de quienes, como ya hicieron en los años 20 y 30, nos empujan hacia el abismo.)

Son personas hartas de las listas cerradas que amparan a corruptos e inútiles, asqueadas de las prebendas y componendas de los políticos, de los bonos de los banqueros, de la impunidad de los que han hundido las cajas de ahorros, personas cansadas de los recortes en sanidad y en educación y en la protección del desempleo y en las pensiones, estomagadas por las reformas laborales, personas que piden una reforma empresarial y una reforma bancaria, hastiadas de que los partidos tengan secuestrado el poder político y no lo transfieran a la sociedad, personas hartas de que las familias puedan ser expulsadas de sus casas por los bancos, personas hartas de que las empresas puedan despedir trabajadores mientras reparten beneficios entre los buitres que las dirigen. Son personas indignadas, no son delincuentes.

Era inevitable y deseable: esta rabia que muerde en el costado de España tenía que aparecer, estallar, clamar, pedir, exigir. Estamos indignados porque nos sentimos vulnerables, porque tenemos conciencia de que estamos a la intemperie, de que nos están expropiando derechos en beneficio de los poderosos, de los responsables de la crisis amparados por la impunidad que les brindan unas leyes que ya no queremos que sean nuestras leyes.

Esta indignación es el ejemplo mejor de la decencia cívica y ciudadana de España. Que se traslade a las urnas: que el domingo lluevan, como piedras de rabia ciudadana, votos indignados.

(IDEAL, 19 de mayo de 2011)

7 comentarios:

Francisco Javier Torres López dijo...

Lo que mas me llama la atención es que ningun partido político y nadie de la casta política se dén por aludidos ante esta manifestación pacífica, sino todo lo contrario, pretenden, para colmo, sacar tajada.
No quieren darse cuenta de que los indignados, entre los que me cuento,estamos precisamente indignados con ellos, con los políticos, con su status de privilegio, con sus viajes en 1ª, con sus sueldos no sometidos a recortes, con sus coches oficiales, con su prepotencia.
Ellos son, con su proceder, por acción u omisión, la verdadera causa de esta situación de crisis y de esta "democracia no real", que se denuncia.

Montes Chico dijo...

Lo más triste de todo, es ver a periodistas difamar sobre esta muestra de rechazo al sistema político actual.

Utilizar en nombre de un partido político a esta gente, que representa a la gran mayoría del país, es de las cosas más sucias que yo haya podido ver

Como muestra te dejo solo un comentario: "el numerito chabolista en Sol protegido ilegalmente por Rubalcaba, protagonizado por unos izquierdistas sin imaginación y una gente que prefiere sentir a pensar o leer".

Te dejo el enlace donde he podido leer cosas como estas.

http://www.libertaddigital.com/nacional/2011-05-20/losantos-critica-el-trato-de-los-medios-al-numerito-chabolista-de-sol-1276423956/

Un abrazo Manolo

Progre dijo...

Imagino que los que escribís u opináis sobre esta noticia os encontráis en Madrid y conocéis todo de primera mano.

carmen dijo...

Me uno a todos -as los que manifiestan que no se ha perdido la sensibilidad; que el pensamiento no ha sido derrotado y que la memez o el fanatismo no son las únicas alternativas.
Un saludo afectuoso!

Anónimo dijo...

Desgraciadamente alguno de los que acampan, los que más han salido en la foto, no son los parados, ni pertenecen a ese colectivo tan mayoritario de desempleados jóvenes que inexplicablemente no habían abierto su boca y que permanecían adormecidos, complacientes con su situación, desgraciadamente son millonarios, de ese tipo de millonario tan español que lo es sin arriesgar, sin trabajar toda una vida y que pertenecen a una profesión cerrada y difícil de acceder para la mayoría, inexplicables galanes de películas subvencionadas que no recaudan ni una décima parte de lo que cuestan. Con ellos no me identifico.
No podemos echarles la culpa de nuestros males a las grandes empresas (apenas tenemos), ni siquiera son los banqueros los máximos responsables del colapso financiero español, han sido .las Cajas de Ahorro, donde nuestros políticos han jugado a ser banqueros, las que han llevado al sistema financiero al límite.
El modelo autonómico, otra vez la magna obra de los políticos, nos ha llevado a la situación actual de injusticia y desigualdad entre españoles, las reformas estatuarias y transferencias de las que hace poco se vanagloriaban a derechas e izquierdas han dejado un Gobierno Central limitado para llevar a cabo su misión de velar por el interés general, para gobernar.
El problema real del país, el más grave, es la clase política, y son los políticos ( y nadie más) los que nos han llevado a la situación actual. Las listas cerradas no amparan a corruptos e inútiles, los amparan, los tapan, miran hacia otro lado compañeros y aparato (aunque soy partidario de listas abiertas que posibiliten votar a distintas ideologías).
Las ideas pueden ser buenas, incluidas las de los que piensan lo contrario a nosotros, y pueden ser malas, incluidas las nuestras, o lo pueden ser en un momento determinado, o no ser siempre buenas. Quien realmente derrotó al fascismo, al “nacional socialismo” fue el país más liberal del planeta que además impulsó la recuperación europea .
La alternancia dentro y fuera de los partidos es el mejor remedio mientras se cambia el sistema.

ftz dijo...

Suelo ver mientras desayuno los titulares de los periódicos en el teletexto de TVe. El periódico La razón titulaba : "La tercera república".
Entre las cosas que está sacando a la luz también está la prensa que se ha ido convirtiendo en correa de transmisión de partidos y empresarios. Uno hecha de menos a revista como Triunfo, Cuadernos para el diálogo, Cambio16, que ayudaron a despertar conciencias dormidas.
Un saludo

elcotanillo dijo...

Bien, muy bien, hace años que esto era necesario, pero a este movimiento yo lo eché de menos en la pasada huelga general.