Cada vez que escucho decir que Belén Esteba es la imagen del pueblo (español, supongo) un escalofrío me recorre el espinazo. No es que yo tenga mucha confianza en esta sociedad, pero me niego a pensar que el conjunto de los españoles –que otra cosa no es el pueblo español sino el conjunto de los que habitamos este país– seamos tan ordinarios, soeces y tarados como esta tipa, cuyo único mérito conocido en la vida –al menos por ahora– es haberse ayuntado con el torero que coleccionaba bragas y haber tenido una criatura de resultas del taurino revolcón. Y ya no ha hecho nada más en la vida, absolutamente nada más, que ir a cada programa de televisión en el que le han pagado para contar sus desamores ubriqueños, sus amores camareros, lo malo que es el padre de su hija y lo mal que se portó en la comunión de la belenita, lo malísima que es la mujer del padre de su hija y toda su familia... Y todo ello con un dominio del lenguaje y de las formas y con una educación que pasman: ¿esa es la imagen de España?, ¿con este personaje que encabeza en lugar destacadísimo las listas de vagos –lo digo porque vive sin trabajar: decir sandeces en programas inmundos en compañía de una legión de seres amorales no es trabajar– se identifica la sociedad española?, ¿éste es el personaje que se ha merecido una encuesta en un periódico que va de serio?, ¿de este personaje gritan grupos de marujas, supongo que aburridas, que España está con ella?... ¿Pero qué España? Porque yo me siento parte de España y ni estoy con ella ni me identifico con ella y me niego a que me engloben en su bando o me identifiquen con semejante engendro.
Somos un país enfermo, mucho: se constata cada vez que encendemos la televisión en pleno horario en que los niños pueden verla. Aquí todo es una imitación de la dignidad y de la decencia, aquí la política es un reflejo pálido de la seriedad democrática, aquí no hay nada que no sea burdo y sectario. Este verano, el Presidente del Gobierno se ha dedicado a ver la televisión y se sorprendía de la basura que en la misma se emite: le ha faltado valor para tramitar una ley que impida que esa mierda se emita antes de las doce de la noche. Y, desde luego, le ha faltado coraje para comprobar que esa misma basura es la que corrompe el ámbito de la política. ¿El Presidente no tiene ojos para ver el circo institucional montado alrededor de la designación de la chica Pajín como senadora? ¿Y la desvergüenza entorno a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán, que sea cuál sea ya no puede ser tomada en serio porque está trufada de partidismo y de intereses y carente de respeto a la Constitución?
Creo que fue el sabio Churchill el que dijo que cada pueblo tiene los políticos que se merece. Viendo a Belén Esteban y a los grupos que la corean cuando se pone en duda su dudosa moralidad, viendo las corruptelas masivas del PP y la improvisación y el optimismo suicida de ZP, creo que los españoles no tenemos todavía los políticos que nos merecemos. Los peores, sin duda, están por llegar.
(Publicado en Diario IDEAL el día 8 de octubre de 2009)
7 comentarios:
¡Ufff…. Manolo, como admiro tus artículos!
En la certeza de que dices lo que piensas, creo poder afirmar que tienes: el “común”, “sentido común”, de la “comunidad española” que nos creemos “normales”.
Sospecho que la mencionada no es consciente de todo cuanto su existencia entre nosotros (pueblo) provoca, aunque no por ello se la puede eximir de culpa. Los que la atienden, escuchan, ¿admiran? (lo dudo), y peor aún: ¡le pagan!, ESTOS SI QUE SON “CULPABLES”, salvase quien pueda.
No digo lo que opino de ella, pues creo que llegaría a ser “pecado”, jejeje…
Satisfecho por la suerte de leerte, te envía un saludo…
v.j.
"La princesa del pueblo", la llaman ahora.
Yo ya hace tiempo que me quiero nacionalizar francés, pero mi mujer y mis hijos no me dejan.
Saludos.
Yo he tomado la determinación de ver sólo los informativos, el resto de la tele no me interesa...
Lástima que los que te leemos seamos una minoría primo, porque si fuesemos más... la personajilla esa no tendría donde caerse muerta.
Saludos
Amigo Manolo...¿cuánta verdad dices?..., tienes más razón que un santo..., tenemos lo que nos merecemos.l., una prueba de ello fue el llevar a Eurovisión al mequetrefe del "Chikilicuatre", un verguenza para la música y peor para España...
Un abrazo Manolo y seguir asi publicando con valentía...,
tu amigo José
Pues hay que darte la razón.
De la TV no soporto casi nada. Hay series que deberían prohibirse (Física o Química, 90-60-90, etc...)
De los informativos, mejor no hablar, porque parecen las hojas del desaparecido "El Caso".
Las cadenas autonómicas son un esperpento que repudia verlo. En Andalucía está contratado el Juan Imedio a tiempo completo, ya sea con programas para niños, mayores...
Yo sólo veo algún telediario que otro para conocer la actualidad, la serie-panfleto político Cuéntame, al doctor House y los partidos de fútbol más interesantes y documentales de La2.
Me da pena que vivamos la era de la incultura, el pelotazo y la defensa de los derechos de las "minorías".
Lo curioso de todo esto es que si uno le pregunta a la gente, a todo el mundo le parece mal el estado de la televisión y la mierda que emite. Pero todos estos programas son los más vistos y estos personajillos los más conocidos. ¿Qué quiere decir esto? Pues que todos sabemos en nuestro interior que esos programas son basura (Ochío lleva razón en lo de las cadenas autonómicas, sobre todo Canal Sur: hay la basura es la programación casi completa) pero en el fondo nos atrae el morbo de lo putrefacto. Sinceramente creo que esa situación un tanto esquizofrénica no debería preocuparnos mucho: ha ocurrido en todos los tiempos y todas las sociedades. Las sociedades antiguas dieron los más refinados filósofos y pensadores mientras se servían de la esclavitud o aplaudían las orgías de sangre y dolor del circo. Nosotros, por desgracia, no hemos avanzado mucho, tan sólo hemos refinado nuestras vergüenzas.
Por cierto, Eugenio, yo también pensé una vez que nacionalizarse francés soluciona muchos problemas. Después de lo visto con el pequeño y nuevo Napoleón, y tras leer mucho de otros sistemas políticos, creo que no hay más solución que nacionalizarse inglés. Al fin y al cabo han demostrado ser el pueblo más sensato y capaz de la modernidad.
Un saludo.
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