XIX. El ciudadano de clase media es esencialmente amoral: y hoy, a la hora de votar, todos somos ciudadanos de clase media.
XX. El buen político para los tiempos que corren es el que se sienta siempre en la punta de la veleta y tiene suficiente respaldo en los medios de comunicación para hacer creer que el viento sopla por donde él conviene. O más aún: que no se puede cambiar el rumbo de la nave porque el viento sopla en esa dirección.
XXI. Para los tiempos que están por venir son necesarios políticos que pongan la cara de verdad, en la calle y con dignidad. Nadie puede partirle la cara a un cartel electoral. Y para un mundo mejor son necesarios políticos que estén dispuestos a que les partan la cara y no sólo a ponerla en un cartel cada cuatro años. Tal vez este no sea un “buen político”, pero es un político necesario.
XX. El buen político para los tiempos que corren es el que se sienta siempre en la punta de la veleta y tiene suficiente respaldo en los medios de comunicación para hacer creer que el viento sopla por donde él conviene. O más aún: que no se puede cambiar el rumbo de la nave porque el viento sopla en esa dirección.
XXI. Para los tiempos que están por venir son necesarios políticos que pongan la cara de verdad, en la calle y con dignidad. Nadie puede partirle la cara a un cartel electoral. Y para un mundo mejor son necesarios políticos que estén dispuestos a que les partan la cara y no sólo a ponerla en un cartel cada cuatro años. Tal vez este no sea un “buen político”, pero es un político necesario.
1 comentario:
La política, para los políticos; el sexo, a ratos y el vino, a cualquier hora.
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