miércoles, 9 de mayo de 2012

EL CAMPEÓN, EL MAGO, EL TRIUNFADOR




 
Se ha considerado a Rodrigo Rato un campeón del crecimiento, un mago de las finanzas, el novamás de la economía. Él era el triunfador, el gran chamán, el Cid Campeador de lo económico, el hombre todopoderoso que asustaba a los problemas. Lo hicieron gerente del FMI, director de Caja Madrid y no se sabe cuántas cosas más. Por todas ellas, ha cobrado sueldos millonarios, indemnizaciones escandalosas, pensiones con las que podría pagar la asistencia sanitaria de decenas de niños españoles. Y lo hacía mientras defendía, con absoluta caradura, con una pasmosa desvergüenza, el abaratamiento del despido, el cierre de hospitales, el aumento de la edad de jubilación o la necesidad de rebajar los sueldos, o mientras la entidad que presidía ponía en la calle a decenas de familias en paro, con niños o personas mayores a su cargo.

En última instancia, Rodrigo Rato fue el inventor del modelo económico que nos ha llevado a la ruina: a él se debe la burbuja inmobiliaria y el endeudamiento masivo de bancos y particulares. En el debe de Zapatero quedará por siempre no haber puesto fin a ese modelo que nos conducía al desastre cuando pudo hacerlo, entre 2004 y 2007, antes de que se enrocara en la negación de la crisis que ya lo devoraba todo.

De su gestión ruinosa de Caja Madrid, ahora llamada Bankia, sólo se sabe que intentó frenar la sangría masiva que le consentía el Banco de España, poniendo fin al Liceo de Cámara, cerrando bibliotecas de la Obra Social y finiquitando la “Revista de Libros” que dirigía Delgado-Gal.

En realidad a él le da exactamente igual que ya todo el mundo sepa que el emperador estaba desnudo: sabe que nunca va a pagar por ninguna de las tropelías que ha cometido ni por ninguno de los sufrimientos que ha causado. Si existiese la decencia democrática, Rato ya estaría encarcelado.

Lo único bueno que tiene la catástrofe económica en la que vivimos es que sistemáticamente y sin piedad, va quitando todas las máscaras y deja a la intemperie (intemperie moral, claro, que la cobertura física del dinero ya se han encargado ellos de blindarla) a los impostores. Es difícil no estar ya convencidos de que todo lo que padecemos no es una gigantesca estafa urdida por los poderosos para meternos el miedo en el cuerpo y poder saquear, impunemente, la sociedad del bienestar y el Estado democrático que tanta sangre y tanto esfuerzo costaron.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanta mentira en tan poco texto... es lo que pasa por hablar de lo que no se sabe y con prejuicios... como siempre.
como se nota que eres funcionario y trabajas poco... le das demasiado a la tecla, a horas y deshoras

Anónimo dijo...

Cuanto había tardado en salir por aquí el fascistilla de turno como siempre sin argumentos y atacando ad hominen, porque como no pueden negar la evidencia del mensaje lo que les gustaría es poner delante de un pelotón de fusilamiento al mensajero, llevaba muchos meses perdido, habrá estado celebrando en el valle de los caídos sus buenos resultados electorales en Francia y en Grecia. Anda, en vez de insultar sácate el yugo y las flechas de la boca y cuéntanos la verdad...

Anónimo dijo...

... ya tardó en salir el stalinista de turno, llamando fascista a todo el mundo que habla con libertad... y critica un texto infumable... yo solo digo que el Sr.Madrid miente, no es economista y repite mantras recibidos desde el PSOE... y que escribe mucho porque no tiene mucho trabajo... y que no tiene mucho trabajo lo sabemos todos, que esto es muy pequeño
todo lo demás que has escrito es una sarta de tonterias... que no merecen respuesta

Manuel Madrid Delgado dijo...

No escribo en este blog "la verdad", sino "mi verdad", que es algo muy distinto. Hay miles de sitios iguales en internet: los que me gustan o me interesan, aunque discrepe radicalmente de ellos, los visito. De los que no me parecen interesantes, sencillamente paso: no se me ocurre ir allí a insultar o a atacar.
Nunca me he planteado moderar los comentarios, y cuando durante una temporada lo hice por respeto a los amigos que vienen aquí de buena fe a discutir y discrepar con argumentos y razones y que se sentían ofendidos con algunos comentarios que se vertían contra mí, tuve que borrar bastantes mensajes en los que, simplemente, se despachaban insultos personales contra mi. Igual que ahora.
Yo entiendo que haya personas que entre aquí amparadas por el anonimato (pueden hacerlo porque esa opción está habilitada) para mostrar su discrepancia con lo que yo digo, para señalar que lo que escribo es una solemne tontería. Lo que de corazón me cuesta mucho entender es la cobardía de esconderse detrás del anonimato para disparar contra mi, para insinuar cosas, para sembrar dudas o sospechas, que no tienen más afán que causar daño personal. Sencillamente, me cuesta mucho entenderlo. Evidentemente, esos comentarios duelen. Como supongo que ese (herir, ofender, molestar, causar daño) es el único objetivo de quien los escribe, pues lo justo es desearle una feliz noche: sí, su régimen de la sospecha causa rasguños.
No se contesta aquí a los anónimos, salvo casos excepcionales; los seguidores del blog lo saben. Pero hoy había que saltarse la norma: una persona de la catadura moral de ese anónimo no puede irse a la cama sin saber que sus infamias, a veces, medio funcionan.

Anónimo dijo...

El PP se ha enrocado en la defensa de Rodrigo Rato y ha encontrado en MAFO el estafermo perfecto sobre el que hacer recaer las responsabilidades. Es cierto que MAFO es, por usar las palabras de Manolo, otro de los emperadores que se han quedado desnudos con la crisis de Bankia, pero hacerlo responsable único o último de la grave crisis bancaria que genera la caída de Bankia es excesivo. La postura del PP recuerda a la de aquellos que son pillados cometiendo un delito y le echan la culpa al policía por no haberlos vigilado bien. Pues eso hacen los dirigentes populares porque saben que en el caso de la gestión de Bankia, con sus hijuelas de Caja Madrid y Bancaja, la responsabilidad del PP es directa: que MAFO haya cometido errores mayúsculos no puede exculpar a los gestores directos de esas entidades, y esos gestores han sido en los tres últimos lustros, cuando menos, personas de máxima confianza de los gobiernos autonómicos de Madrid y Valencia, gobernados por mayorías absolutas del PP. ¿Cometió MAFO un error permitiendo la salida a bolsa de Bankia? Es imposible negarlo, pero tampoco se puede negar que aquella operación temeraria (temeraria porque no se correspondía con la realidad de la entidad y que sirvió para que esta aumentara su capital, ficticiamente, como ahora vemos, en más de 3.000 millones de euros) fue impulsada, coordinada y celebrada por Rodrigo Rato. ¿Cometió MAFO un error permitiendo la fusión de bancos y cajas que han dado como resultado estos monstruos financieros, estos gigantes con pies de barro, que con la sola posibilidad de su caída amenazan la estabilidad de todo el sistema financiero español? Tampoco se puede negar la responsabilidad que en esto ha tenido MAFO ni el anterior gobierno, impulsor de esta política. Pero no menos cierto es que el PP también ha defendido y practicado esta política y que por puro cálculo político, fueron los dirigentes de la Comunidad Autónoma de Madrid, encabezados por Esperanza Aguirre, los que se negaron en redondo a que Caja Madrid realizase en su momento lo único que realmente pudo haber salvado a la caja madrileña: su fusión con La Caixa. Pero para la derecha españolista era demasiado reconocer que Caja Madrid tenía problemas y que sólo se podían curar poniéndose en manos de los financieros catalanes. Por eso, la responsabilidad de Rato en todo el problema de Bankia no se diluye en MAFO o en Rodríguez Zapatero y Salgado, sino que también tiene que diluirse en Esperanza Aguirre, Camps o Ruiz Gallardón, y por supuesto en los actuales ministros de Economía y Hacienda, porque les guste o no, Bankia es básicamente una metedura de pata del PP.
Julio.

Julio Morales Morell dijo...

Me he encontrado esto en la última entrada del blog de tu paisano Antonio Muñoz Molina y creo que viene que ni pintado para aquellos anónimos que periódicamente entran en tu blog para ofenderte e insultarte, mostrando su odio hacia ti y su cobardía personal:
“Qué raro es el odio. No el disgusto, ni siquiera el rechazo, el odio. Si algo o alguien no le gusta a uno, lo que uno hace con naturalidad es ignorarlo. A un escritor que no nos gusta no lo odiamos. Simplemente no nos acordamos de él. (...) El odio implica dedicación, esfuerzo. El odiador no consiente no estar cerca del objeto de su odio. Por eso manda anónimos, imaginando que murmura al oído, que su proximidad desata un escalofrío, como el de un hocico húmedo. Lo que ve el odiador en el odiado no lo sabe nadie.”
El odio implica dedicación, esfuerzo: sin duda hay quienes se esfuerzan en leer este blog con el único objetivo de poder escribir anónimos mostrándote que te odian, hay gente pa tó.
Un saludo cordial de alguien que lee este blog no porque comparta todas tus opiniones sino porque puede discutir con ellas y porque está muy bien escrito.

Anónimo dijo...

Triste sino nacer
con algún don ilustre
aquí, donde los hombres
en su miseria solo saben
el insulto, la mofa, el recelo profundo
ante aquel que ilumina las palabas opacas
por el oculto fuego originario.
Luis Cernuda.
Abrazos, don Manuel y... ladran, luego cabalgamos.