Manuel anda todo el día canturreando los villancicos que Maribel y Ana le enseñan en la guardería; canta en la casa y en la calle, a voz en grito, y pasa del cabo de guardia del “sanmirandillo arandandillo” a las campanas de Belén con un convencimiento y una felicidad absolutos. Al verlo renace la ternura de la Navidad, arrasada por el afán de comprar. Al verlo, después de oír a Cayetano de Alba, me acuerdo de mi abuelo Juan, que en diciembre de 1925 mi abuelo se convirtió en un aceitunero de cinco años —¿qué altivez podía tener un niño muerto de frío?— que con las rodillas desnudas sobre la tierra escarchada recogía las aceitunas “salteadas” a cambio de un pan de a kilo; en 1925 los campesinos españoles vivían en un régimen de sometimiento feudal a los caprichos, las arbitrariedades y las violaciones de los señoritos. De eso habla Miguel Delibes en “Los santos inocentes”, pero ni la novela ni la película de Mario Camus han perturbado la conciencia, caso de que la tenga, del señorito de la casa de Alba, dueña decenas de fincas, palacios y casas, que recibe cientos de millones de pesetas de las subvenciones europeas que sudan los trabajadores alemanes y que dice no tener dinero en las cuentas bancarias.
Jordi Évole se ha convertido en la bestia negra de los poderosos de este país: es un periodista valiente que permite que las hienas se retraten tal y como son. Delante de él, Cayetano de Alba defendió que su familia cobre subvenciones europeas, mantenga privilegios y propiedades fastuosas y cargó duramente contra los jornaleros y los jóvenes andaluces, a los que, desde la comodidad de su vida resuelta, acusó de vagos. Arremetió el hijo de la duquesa contra el subsidio agrario, una limosna de 400 euros mensuales. Sin duda el subsidio no es una solución —tampoco lo es la colectivización que defienden los iluminados líderes sindicales del campo andaluz— a los problemas tantos pueblos andaluces, y posiblemente ha enquistado dramas y acrecentado vicios. El subsidio tuvo sentido al comienzo de la democracia: permitió que las familias jornaleras se sacudieran el yugo de la humillación y el sometimiento a los señoritos como Cayetano; pero después de tantos años se ha convertido en un fracaso colectivo, porque es un fracaso que una parte de Andalucía siga necesitando de la caridad pública para no morirse de asco. La herencia después de treinta y tantos años de gobiernos “socialistas” en Andalucía es la que retrató Jordi Évole: cientos de familias a las que no se las ha redimido de la condición de subvencionados y una casa nobiliaria que goza del máximo reconocimiento del gobierno andaluz.
Andaban los socialistas andaluces tan ocupados en trincar el dinero de los parados andaluces y regalárselo a los amigos, vía eres, que no pudieron acordarse de que existen la ética y la decencia. Por eso no se dieron cuenta de que es profundamente inmoral y un insulto cívico que Cayetana de Alba —cabeza de una familia cimentada en el ideal de Cayetano— sea hija predilecta de Andalucía por la gracia de Chaves. Ahora tienen que cubrir el expediente izquierdoso a prisa y corriendo: Griñán dice que Cayetano habla desde lo alto de un caballo y el portavoz socialista en el Parlamento andaluz, lo califica como “señoritingo que no ha dado un palo al agua en la vida”. Pero Mar Moreno ha dejado claro que la duquesa seguirá siendo hija predilecta: una cosa es predicar y otra dar trigo. Y así, los socialistas andaluces irán a las elecciones con sus eres en los bolsillos y de la mano de la duquesa: como para votarlos.
Vómito de señoritos viejos. Justificaciones de señoritos nuevos. Me quedo con Manuel cantando lo de “no me despertéis al niño”: la pandereta de Manuel suena más limpia que la pandereta que agitan los albas y los griñanes sobre el recuerdo de las espaldas de los niños yunteros de una Andalucía que se resisten a enterrar.
(IDEAL, 15 de diciembre de 2011)
6 comentarios:
Algunas veces he dado mi opinión en tu blogg, unas veces de acuerdo contigo,otras veces en desacuerdo y otras me la he reservado.
Solamente quiero expresar que comparto totalmente este artículo, sinceramente chapeau.
Muy muy bueno.
Lo mismo que te he criticado en algunas ocasiones, aquí te debo dar mi felicitación por el artículo.
Ea, Ana Botella, a ver si ahora pides con la misma insistencia que Manolo le dedique uno a los gurtel que sólo te molesta la mierda cuando es la de los que no son los tuyos
Pues tampoco estaría mal uno de la gurtel, si no ha salido ya.
Plu-ra-li-dad.
Claro que haga uno de la gurtel metiendose con tu Esperanza Aguirre y otro de los 45000 niños violados por los curas en Holanda y ya sales tu a acusarlo de sectario y demagogo, anda vete a espigar, so tía cínica
A Anónimo:
Esa inquina que le tienes a la iglesia me tiene anonadada.
Por favor, háztela revisar.
En cuanto a irme a espigar, ahora no es tiempo, si acaso, ir a la aceituna.
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