jueves, 16 de junio de 2011

INDIGNADOS, AIRADOS, ANÓNIMOS Y APROVECHADOS





PRIMERO. La conciencia creciente de que las peticiones nacidas de la indignación no van a ser escuchadas (los políticos están convencidos de que la tormenta acabará escampando), exaspera a los grupos más radicalizados. Y la indignación pacífica, cívica, se transforma en otra cosa, con rabia, con la ira de quienes reciben un portazo cuando llaman pidiendo libertad. Pero, ¿hasta qué punto no le conviene a la casta política mantener esta situación para que socialmente cale la idea de que todo el movimiento indignado era un movimiento violento y sectario, radical, y pierda así todo el crédito que se ganó en las jornadas previas a las elecciones municipales? Si quienes están obligados a escuchar no lo hacen, si quienes están obligados a escuchar alegan que los indignados son “cuatro gatos” y se olvidan de los datos demoledores de las encuestas, serán ellos los responsables de emponzoñar el ambiente social, de hacer que se pudra la paz ciudadana. Porque no podemos olvidar que un salario de 600 euros mensuales, que se despida a una mujer embarazada o que se ponga en la calle a una familia con niños, son también formas de violencia. Contra esa violencia se tomaron pacíficamente las plazas hace un mes, contra esa violencia hablan las encuestas. El que tenga oídos para oír, que oiga.

SEGUNDO. No se trata de ir contra los parlamentos o los ayuntamientos, de cercarlos, de tomarlos al asalto como en las viejas y sangrientas revoluciones del siglo XX, que sólo han dejado un legado de sufrimiento y dolor. Se trata de hacer que a ellos lleguen políticos que asuman la voz de la calle, la conciencia de las plazas, las palabras de la indignación. Se trata de empujar, amablemente, pero firmemente, a las instituciones desde la acera de los bancos y los consejos de administración de las grandes empresas hasta la acera de los ciudadanos. Lo de ayer va en contra de los valores mismos que surgieron en las plazas de España, y ya advertíamos que si a partir del 23 de mayo no se repensaba la estrategia del movimiento (una retirada a los cuarteles de invierno para evitar ser tomados por los ultras, que es lo que está ocurriendo) podría pasar algo así.

TERCERO. La protesta ciudadana en las calles alienta nuevas formas de expresión cívica, de compromiso social. Sacude las conciencias de colectivos que habían degenerado en sus funciones y actuaciones. Pienso, por ejemplo, en las asociaciones de vecinos, que han perdido todo su componente reivindicativo, que se someten al poder político de turno, vendidas por la subvención de una sede en la que los socios puedan jugar al dominó, y que sólo sirven para organizar lánguidas y cutres “fiestas de barrio”. ¿Esta ebullición indignada que se palpa en las calles no las convoca a una nueva forma de compromiso? En Madrid, hay asociaciones de vecinos que ya se manifiestan delante de las puertas de sus vecinos, cuando los jueces y los policías acuden a desahuciarlos, cuando los bancos no dudan en dejar en la calle a sus hijos y sus ancianos. Cientos de personas en las puertas de una casa pueden parar un desahucio: he ahí un reto para las asociaciones, ponerse del lado de sus vecinos cuando sepan que se van a quedar tirados.

CUARTO. Me resultan simpáticos los que se ocultan detrás de las máscaras de “anonymous”. Porque cuestionan y asaltan los lugares cibernéticos (web de partidos, de bancos, de instituciones puestas al servicio de los poderosos, de la SGAE, páginas de pedófilos...) desde donde se justifican las medidas que aumentan el sufrimiento de las personas o donde se acrecienta directamente ese dolor. Esas máscaras no pueden equipararse a las caretas de ETA, por ejemplo, sino al antifaz justiciero del Zorro. Lo que alguien debería preguntarse es qué está fallando en las modernísimas sociedades del siglo XXI para que los justicieros sigan siendo necesarios.

QUINTO. La postura de Izquierda Unida en el tema de los indignados es esquizofrénica. Sus dirigentes, después del fracaso cosechado en las elecciones municipales, necesitan captar votos dónde y cómo sea: por eso quieren hacerse pasar por los amigos de los indignados. Lo vimos en Úbeda durante la jornada de reflexión, lo hemos visto hace unas horas en Madrid, cuando Cayo Lara se ha presentado en una concentración destinada a impedir el desahucio de una familia. En los dos casos se les dijo que no eran bien recibidos, en los dos casos ha salido a relucir la suficiencia totalitaria de los comunistas, que no comprenden que pueda haber movimientos cívicos, democráticos, que se escapen de su control.

SEXTO. De todos modos, es sencillo formular una pregunta que desarma la presencia de Izquierda Unida en las concentraciones de los indignados y que, desde luego, hace imposible que uno se sienta indignado al modo de la revolución española y vote a la coalición tomada por el PCE: ¿Izquierda Unida, los comunistas españoles, apoyarían un movimiento cívico, ciudadano, que reclamase libertad y democracia en las plazas y las calles de Cuba, o ellos lo que postulan es una “democracia” a la cubana donde todos los indignados habrían sido ya encarcelados y torturados por cuestionar la verdad absoluta del paraíso comunista?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este post estará caduco dentro de una semana, cuando el 15M se transforme en el 19J.

E. Santa Bárbara dijo...

Este post tiene la racionalidad de siempre y la vigencia del día de hoy. Si el 19J hay que escribir otro, diciendo otra cosa, seguro que Manolo lo hará. No es un dogmático.

Anónimo dijo...

Mi enhorabuena por tu post, es fantástico, refleja con sabias palabras lo que yo opino del movimiento 15M o 19J o Democracia Real Ya, o como queramos llamarlo. Yo desde el principio no vi con buenos ojos los asentamientos de Sol y el resto de España porque con el tiempo a cobijado a parasitos extremistas que no hacen mas que ensuciar el bonito gesto que tuvimos miles de ciudadanos saliendo a la calle a reclamar lo que es nuestro, la participacion politica y la exigencia de justicia e igualdad por parte de nuestros representantes políticos, sean del partido que sean. Si bien me he manifestado libremente y pacificamente en las calles ahora colaboro con la asamblea de Carabanchel, que es ahora mi barrio, y desde nuestra asamblea hemos reprochado la conducta incivica de algunos que han usurpado el nombre de este precioso gesto ciudadano. Lo mejor que a podido pasar con Sol es traladarlo a los barrios, donde estamos colaborando con los vecinos que se acercan todos los Sábados realizando una serie de acciones para reclamar mejoras en el barrio.
De nuevo felicitarte no solo por este post sino por la excelente calidad de los articulos que escribes, desde hoy seguiré te blog con mucha atención. He dado con el por casualidad y me ha dado mucha alegria reencontrame con un antiguo compañero de colegio. Un abrazo.

José Luis Martos.

Francisco Javier Torres López dijo...

Los partidos políticos aún siguen en la creencia de que ese movimiento popular pacífico no les afecta, y lo que es aún peor, algunos hasta quieren "sacar tajada" de ello, tratándo de acercarse a ellos de diversas maneras. Alguien ya se ha llevado su ración de agua por oportunista, y eso, visto desde la perpectiva del 15M, viene a demostrar que esta revolucion popular tiene las ideas claras y no desea dejarse manipular por nadie.
Espero que siga en esa linea y no permita que se infiltren grupos radicales que desvirtuen sus objetivos, así como que finalmente se consigan sus propósitos, una democracia real, participativa.
A lo largo de la historia, y nuestra propia experiencia nos demuestra que nadie va a regalar nada. No podemos quedarnos eternamente soñando cambios sin hacer nada. Hay que pedir las cosas, hay que pedirlas con buenas maneras, pero nunca estar callados.
Ya se sabe, si no lloras, no mamas.
Y creo que ya ha llegado el momento de empezar a hacer cambios, de evitar que la clase política sea uno de nuestros principales problemas sociales, y pase a estar al servicio de la ciudadania.