Vayamos por partes, que diría aquél. En España padecemos unos 1.800 tipos repartidos entre Senado, Congreso de los Diputados y parlamentos autonómicos. En cosa de concejales rondamos los 58.000, más los 8.100 alcaldes de rigor. En ministros y consejeros autonómicos rondamos los 300, a los que hay que sumar más o menos 5.000 secretarios de Estado, directores generales, delegados provinciales y un etcétera variado y similar. Echaremos a la suma una mísera media de 5 asesores por ayuntamiento (cifra, a todas luces, ridícula), lo que da un total de 40.500 asesores de urbanismo, tráfico, prensa y demás para todos los ayuntamientos españoles. Y sin ser exagerados pondremos otros 40.500 asesores y jefes de gabinete y cosas así para los gobiernos de la Nación y autonómicos. Por último, sumaremos hasta 15.000 puestecillos de acomodados en partidos, embajadas en Turquía o parecidas, empresas públicas, consejos de administración de cajas de ahorro y en otros menesteres igualmente lucrativos. Como resultas de todo esto tenemos una cifra de 169.200 personas que ocupan cargos políticos, aunque no es arriesgado aventurar que deben ser muchas más.
¿Son necesarias tantas canonjías políticas con sus correspondientes prebendas de sueldos, pensiones, indemnizaciones, viajes y coches oficiales? No sé, pero lo que va siendo necesario es que con tanto político alguno sea responsable de algo, porque parece que no se enteran de qué va la película, y eso suponiendo que piensen que la película va con ellos.
Un ejemplo. El ministro Bermejo dice que la culpa del caso Mari Luz es del juez Tirado y de la secretaria judicial (al bedel todavía no le ha tocado nada), que ninguna responsabilidad cabe a la fiscalía y menos que ninguna –por supuesto– a la Junta de Andalucía, administración eficaz donde las haya. Lo que quiere decir el ministro es que los políticos hacen las leyes que permiten a violadores y asesinos pasear en pocos años por la calle y que los políticos no presupuestan dinero para modernizar la justicia, pero que la culpa de la injusticia y del caos judicial es de los jueces. Es lo que tiene la casta política española: que nunca es responsable de nada, que la culpa es siempre de los de antes y de los otros y así hasta don Rodrigo.
No sé cómo funcionará lo político en otros países, pero aquí es necesaria una vuelta de calcetín del sistema: para elegir libremente a los políticos sin imposiciones de los partidos pero, sobre todo, para poder exigirles responsabilidades. En un país en el que hay tres políticos por cada mil habitantes (más o menos como médicos) la justicia no puede funcionar mal y ser responsabilidad exclusiva de los jueces. Ni puede ser un borroncho la educación y que la culpa no sea de los políticos que aprobaron, mantuvieron y maquillaron una LOGSE que destroza infancias, futuros e inteligencias. La política no puede ser sólo garantizarse una pensión para cuando levanten tu culo del escaño: lo que importa es dar la cara y no echarle la culpa a Jaimito.
(Publicado en diario IDEAL, ediciones de Jaén y Granada, el 16 de octubre de 2008)
¿Son necesarias tantas canonjías políticas con sus correspondientes prebendas de sueldos, pensiones, indemnizaciones, viajes y coches oficiales? No sé, pero lo que va siendo necesario es que con tanto político alguno sea responsable de algo, porque parece que no se enteran de qué va la película, y eso suponiendo que piensen que la película va con ellos.
Un ejemplo. El ministro Bermejo dice que la culpa del caso Mari Luz es del juez Tirado y de la secretaria judicial (al bedel todavía no le ha tocado nada), que ninguna responsabilidad cabe a la fiscalía y menos que ninguna –por supuesto– a la Junta de Andalucía, administración eficaz donde las haya. Lo que quiere decir el ministro es que los políticos hacen las leyes que permiten a violadores y asesinos pasear en pocos años por la calle y que los políticos no presupuestan dinero para modernizar la justicia, pero que la culpa de la injusticia y del caos judicial es de los jueces. Es lo que tiene la casta política española: que nunca es responsable de nada, que la culpa es siempre de los de antes y de los otros y así hasta don Rodrigo.
No sé cómo funcionará lo político en otros países, pero aquí es necesaria una vuelta de calcetín del sistema: para elegir libremente a los políticos sin imposiciones de los partidos pero, sobre todo, para poder exigirles responsabilidades. En un país en el que hay tres políticos por cada mil habitantes (más o menos como médicos) la justicia no puede funcionar mal y ser responsabilidad exclusiva de los jueces. Ni puede ser un borroncho la educación y que la culpa no sea de los políticos que aprobaron, mantuvieron y maquillaron una LOGSE que destroza infancias, futuros e inteligencias. La política no puede ser sólo garantizarse una pensión para cuando levanten tu culo del escaño: lo que importa es dar la cara y no echarle la culpa a Jaimito.
(Publicado en diario IDEAL, ediciones de Jaén y Granada, el 16 de octubre de 2008)
2 comentarios:
No. Aquí nadie da la cara.
He visto por televisión los juzgados tercermundistas que tenemos y los medios al estilo Picapiedra, pero eso es culpa de Tirado y de su secretaria. Los políticos están "para otra cosa".
Saludos.
Esta es tal vez la mayor tara del sistema electoral español, que impide literalmente que los ciudadanos exijan responsabilidades a los políticos. Por eso cada vez me parece más envidiable el sistema norteamericano o el británico: los políticos están obligados a rendir cuentas y la relación entre los ciudadanos del distrito y el político que los representa es más intensa. Además de desarrollar las ideas, el programa por el que fue votado, el político en los sistemas anglosajones representa al conjunto de la comunidad y responde ante ella. Pese a que a algunos les duela, tenemos mucho que aprender de los Estados Unidos y de Inglaterra. También en lecciones de democracia. Al menos podríamos exigirle responsabilidades a la panda de ineptos que nos gobiernan.
Saludos.
Publicar un comentario