martes, 16 de octubre de 2012

LEVANTAR LA MIRADA





Ha sido suficiente con abstraerse de los políticos y de la economía, de los periódicos, de las noticias cada vez peores. Esta mañana, cuando llegaba al Ayuntamiento, me ha bastado con levantar –sin querer– la mirada al cielo para descubrir que en el azul oscuro de la madrugada brillaban con intensidad miles de estrellas ajenas a las estupideces de los hombres. Luego, unos minutos después, ya sentado delante de la mesa de trabajo he levantado la vista del ordenador y me he topado con el azul violáceo de la primera luz del día que recortaba los tejados y la sombra de los cipreses de la Plaza de Santa María, y por entre ese azul indefinido del amanecer se han ido dibujando paralelas las dos estelas dejadas por los motores de un avión, las estelas a las que el sol todavía pegado al Cerro de la Alameda le ha dado un color naranja que contrastaba intensamente con el azul de la amanecida. El cielo oscuro cuajado de estrellas, el cielo azul purísimo rasgado por los efímeros renglones naranjas de un avió que pasa: era suficiente con levantar la mirada para verlo, para sentirse tocado por la poesía que atraviesa todo lo existente.

No hay comentarios: