Ayer, en Córdoba, asistí al concierto de Mark Knopfler, que sigue conservando esa magia de la música de los Dire Straits. Me gustó el concierto, mucho, y como el de Bruce Springteen de hace ya demasiados años, me sirvió para corroborar que estos grandes músicos no necesitan escenarios adornados ni complementos teatreros o teatrales para, simplemente, hacer música. Buena música. Me gustó, como digo, el concierto, aunque estoy seguro que muchos echamos de menos canciones fundamentales como Money for nothing. Pese a eso, día intensísimo en una Córdoba achicharrada por un calor asfixiante en compañía de buenos amigos y sobre todo, ese buen sabor de boca que deja la música de Mark Knopfler, que sabe a lejanía, a soledad, a discurrir abandonado por entre carreteras olvidadas camino de lagos sin nombre o de las costas de los océanos del Norte. “Quédeme y olvídeme”: no sé por qué está música me sugiere estos versos de dejación y silencio.
3 comentarios:
Siempre me ha gustado Knopfler. Creo que me quedé anclado en su música y en la de Pink Floyd. Lo cierto es que, desde que dejó Dire Straits, me aburre un poco porque está más próximo a country o al folk irlandés que al rock que hacía con su primitiva formación. De hecho he leído las crónicas del concierto y coinciden en afirmar que fue más aplaudido al interpretar viejos temas.
Con "esta caloh" no hubiese ido a Córdoba ni por todo el oro del mundo. Valor tienes...
Saludos.
A mí también me aburre "algo" desde que no es Dire Straits, que es uno de los mejores grupos de la historia del rock. Y en el concierto lo que se echó de menos fueron algunas canciones míticas de los Dire. Por lo demás, y pese al infierno cordobés, era una oportunidad única para ver a un mito de la música.
Saludos.
PD. Por cierto, te noto muy renegón con todo... Que si Shakira es de frikis, que si el calor de Córdoba... La edad no perdona, ¿eh? :-)
¡Hombre! lo de que ir a ver a Shakira es de frikis es un hecho casi objetivo, lo mismo que lo es el calor cordobés ¿o no?
Saludos.
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