lunes, 5 de julio de 2010

LA CAUSA DE LA SELECCIÓN: NUESTRO EMPUJÓN




Reconozco que lo que más me emociona de estos días de fútbol es ver a tantos niños por las calles con las camisetas de la Selección Española y con las banderas rojas y gualdas pintadas en los brazos. Seguramente, ellos no saben muy bien que sea todo este patrioterismo, porque en este país el patriotismo sigue siendo algo trufado de sospechas, pero esta bien que al menos por estos días entiendan que la bandera o el himno son patrimonio de todos. Y está bien verlos por las calles con sus inquietudes españolas a cuestas, tan distintas, por otra parte, de las inquietudes de politiquillos y demás. Tal vez por esa explosión española en las calles, es por lo que, por vez primera en mi vida, me acerco al fútbol con cierta curiosidad y, porqué no confesarlo, con cierta emoción: estoy convencido de que con tantas pedradas como están soportando tantos españoles, este pueblo tan poco digno de admiración se merece al menos esa alegría de que su selección gane. Y se lo merecen sobre todo los niños que sin saber lo que es España sienten estos días la emoción de España en las camisetas con que los visten y en las banderas que cuelgan de tantos balcones. Es difícil que estos niños se sientan parte de nada, pero para quienes ser españoles es una manera incómoda de estar en el mundo, esta sensación de que por una vez estamos unidos por algo, nos hace sentirnos bien. Ojalá derrocháramos esta pasión para empresas mejores.

Por eso, y confiando en que empujando un poco a la ilusión colectiva, se puede conseguir que España juegue el domingo la final del Mundial, volvemos a poner una canción, simpática y tonta, como todas las canciones del fútbol y del verano. Como ni por pienso voy a echarme a la calle a gritar ni jalear, quede al menos esta entrada como muestra de apoyo a la Selección en el partido crucial que juega el miércoles frente a Alemania. Por cierto, me gusta esa frase de la canción que dice que "hoy no parece inútil soñar que lo podemos lograr": ¿y si ese optimismo pudiese trasladarse a lo realmente importante?

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