viernes, 8 de julio de 2011

LA LIBERTAD Y LA BASURA





Es como si a la hora de medir la calidad ética del periodismo se utilizasen dos varas distintas: una rigurosa para el periodismo escrito, otra trucada para la televisión. En Inglaterra, el domingo se editará por última vez el News of the World, un periódico con ciento cincuenta años de historia que el magnate Murdoch se ha encargado de ensuciar con el único afán de ganar más dinero: utilización del teléfono de una niña desaparecida y asesinada, escuchas a víctimas de atentados y a familiares de soldados muertos y un largo etcétera de disparates macabros que han provocado que una sociedad que todavía conserva cierto músculo cívico como es la inglesa, haya reaccionado con una virulencia tal que no haya quedado más remedio que cerrar el periódico. No sé si en España algo así sería posible con un periódico, pero tengo claro que será completamente imposible con algunas televisiones.

Ayer, por uno de esos remotos casuales que a veces nos regala el mando a distancia de la televisión, me topé de bruces con el paradigma de medio bazofia, o sea, con Tele 5. En un programa de esos que mandan a famosos a una playa desierta a que pasen hambre —a donde yo los mandaba a todos, del Vasile para abajo, era al centro del desierto del Sahara a buscar margaritas— estaban insultándose, a brochazos, el presentador Jorge Javier Vázquez, uno de los tipos más repugnantes del país, y la madre de una de las concursantes. Faltaba solo para completar el cuadro “la princesa del pueblo”...

Supongo que aquellos hombres decentes que en los últimos doscientos y pico años se han jugado el tipo para defender la libertad de expresión y la libertad de prensa, pensaban en otra cosa muy distinta del imperio Murdoch y de Tele 5, donde la dignidad de las personas es permanentemente pisoteada, también la de toda la escoria que participa en ese juego infame. Hubo un tiempo en que se defendía la libertad de los medios de comunicación frente a los pelotones de fusilamiento o en las celdas de tortura; hoy hay que hacerlo sobre el montón de la basura, sobre el estercolero que han sembrado sujetos como Murdoch o Berlusconni.

4 comentarios:

pepetrueno dijo...

Tienes toda la razón Manolo, creo que va siendo hora de que los medios se planteen su papel en este mundo. Hay determinadas actividades que no deberían ser negocio, la información una de ellas, junto a la sanidad, la enseñanza, la seguridad... No son éstos los vientos que soplan. Malos tiempos para la ética, aunque yo, en un extraño ejercicio de masoquismo (o complicidad), siga viendo "Sálvame" a ratos, todos los días

Miguel Pasquau dijo...

No podemos esperar que ellos, los magnates de la comunicación, se replanteen su papel en este mundo. Hay que resistir. Y resistir es no decir ni pío de ellos, hacer como si no existieran, crear espacios íntimos, domésticos, exentos del hedor de su basura, hasta que esos espacios libres y limpios vayan conquistando la calle, el dial, las ondas. No hay que verlos, ni siquiera por masoquismo, pero si se ven, es mejor ni siquiera criticarlos. Uno tiene que gestionar el dial de cadenas de televisión en su casa y quedarse con las que considera dignas. Yo he declarado "non grata" a alguna cadena y la he expulsado, aunque eso signifique que me quede fuera de muchas conversaciones por no saber de quién se habla. No sabéis qué íntima satisfacción me da cuando me ocurre.

En cuanto a lo de Murdoch, de gente así sí hay que hablar, porque no se trata de un programa, se trata de delincuencia, y respecto del delito la resistencia no es callarse, es denunciar.

ftz dijo...

Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad sigue siendo el uso partidista de los medios de comunicación. La verdad no interesa, el análisis serio de los hechos, de las tendencias que aparecen en la sociedad, el valor de las ideas que hagan mejor al hombre, etc, son sólo cosas del pasado. Hoy sólo vale la audiencia, lo chabacano, al final terminaremos viéndolo o leyéndolo.
Pero, no le echemos la culpa al sr. Vasile o al sr. Lara, la culpa es nuestra que no apagamos la televisión, no cambiamos de canal y mandamos un mensaje claro y nitido..."Esto no nos interesa".
Mientras tanto solo podemos quejarnos, lamentarnos y resistir como muy lucidamente dice Miguel de Esponera.
Y ojo al futuro que viene, el PP no está dispuesto a cambiar ahora al director de TVE, espera a las elecciones que pueden darle una posición mas fuerte en las negociaciones y Mr.Murdoch, puede comprar el ABC...¡Qué Dios nos coja confesados!

Un saludo

Anónimo dijo...

Tienes toda la razon. Lo verdaderamente malo de todo esto, en mi opinion, es nuestra corrupta y atrasada sociedad. Somos un pais basura a la hora de demandar calidad en la TV como en los periodicos. Nuestra sociedad, de siempe, se jacta de la miseria de los demas, admira al ladron y al tranposo. Yo no he visto a una sociedad mas feliz cuando se salta las leyes como se hace aqui.