A estas horas todos pensamos que hoy puede ser nuestro día y que dentro de un rato los niños de San Ildefonso cantarán el número de algunos de los décimos que jugamos. Es curioso que este país en el que cada uno quiere tirar por su lado y su cuenta se arrejunte en este afán de soñar y desear que es el 22 de diciembre. Y es curioso –y seguramente hasta estúpido– que pongamos nuestras ilusiones en manos de esa casualidad que es que dos bolas coincidan y sean cantadas, pero es que la ilusión no deja de ser eso: una magnífica estupidez patrimonio de los que todavía tienen un trozo de corazón como de niño.
Me encantan las vísperas, las horas previas a todo lo que puede resultar importante, los momentos en los que uno todavía construye castillos en el aire. ¿Verdad que hoy es un día “bonito”, aunque al final acabemos conformados con tener salud, que no es poco? No sé, a mí este soniquete de las pedreas (¡cuánto se echa ahora de menos la vieja peseta y se aborrece el euro maldito!) me hace viajar en el tiempo, hasta aquellas Navidades de mi niñez que comenzaban tal día como hoy y no el de Todos los Santos, como ahora ocurre. Y me pone feliz y me permite soñar, imaginar lo que haría si me tocase la lotería. Vamos, que con esto del Sorteo de Navidad me ocurre, más o menos, lo que a todos vosotros.
Hoy puede ser un gran día. ¿No tenemos todos ese presentimiento? Ojalá pudieran cumplirse los mejores sueños de todos nosotros; pero como al final sólo pueden cumplirse los de un puñado de españoles (a los que la Fortuna les da un beso con lengua de los que no se olvidan) pues si no son los nuestros los que se cumplen, que sean al menos los sueños de los que más necesitados andan de ayuda.
Hoy puede ser un gran día, duro con él. Y brindemos aunque no nos toque el Gordo, porque estamos vivos y tenemos la oportunidad de ser felices.
1 comentario:
Manolo, sigo encantado con tus articulos y tu prosa, aunque no esté de acuerdo con muchas de tus ideas y planteamientos; pero vengo observando con extrañeza que de vez en cuando se te "escapan" alguna que otra falta de ortografía.
¡Por favor, repasa tus escritos y cuida estos detalles que hieren la vista!Y más tratándose de un escritor como tú, tan admirado y seguido por muchos.
Quiero pensar que esos lapsus ortográficos se deben a la premura del tiempo, que no a desconocimiento de la Ortografía.
Un saludo y mis disculpas; pero soy Maestro y me disgusta ver errores ortográficos en textos excelentes.
Fernando.-
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