viernes, 27 de febrero de 2009

ANDALUCES DE AQUÍ



Todas las cosechas tienen su origen en la semilla pequeña y en la lluvia fina. La Plataforma por Andalucía Oriental es ahora mismo el grano que quiere germinar en tierra nueva: la fuerza de sus razones debiera ser motivo suficiente para que mañana florezca la posibilidad de ser andaluces de otra manera, que es la nuestra. Y es que esta Plataforma anhela conseguir la autonomía para la región conformada por las provincias de Granada, Jaén y Almería.

Ya en 1873 la abortada Constitución de la República Federal propugnaba la creación de dos estados andaluces dentro de la Nación Española: por un lado estaría la Andalucía Baja y por otro la Andalucía Alta, que se correspondía con los reinos históricos de Jaén y Granada. En tiempos de la II República surgió en Almería la posibilidad de integrarse en una región junto con Murcia y Alicante, y fue amplia la oposición de los políticos andaluces orientales –de todos los partidos– a sumarse al proyecto de las ocho provincias. Durante la propia Transición no faltaron defensores de la autonomía diferenciada del oriente andaluz, oliéndose ya tan pronto que los andaluces del este quedarían relegados a la condición de ciudadanos de segunda, como efectivamente ha ocurrido. En aquellos tiempos se diseñó en Granada la bandera de Andalucía Oriental, en Almería se rechazó el actual Estatuto de Autonomía y en Jaén el himno de Blas Infante fue ampliamente rebasado en popularidad por el “Andaluces de Jaén”.

Todo ello viene a demostrar que en estas tierras andaluzas siempre se ha considerado lo de ser y sentirse andaluces de manera distinta a los andaluces de allá. La impresión de la diferencia se acrecienta con la realidad de la discriminación que padece la Andalucía Oriental, y por la justamente denunciada colonización cultural del modelo sevillano, que la Junta de Andalucía ha impuesto vía Canal Sur. Al andalucismo autonómico le avergüenza el recio ser, el sobrio ser de las tierras altas de Andalucía y quieren que los hombres y las mujeres de Jaén, Granada y Almería tengamos que soportar el ser mirados por encima del hombro por quienes imponen el salero y la gracia como dogmas de la fe andaluza. Modismos y costumbres de nuestra tierra han desaparecidos absorbidas por lo “andaluzmente correcto”, y desde la impuesta condición de segundones hemos soportado silenciosamente el maltrato que los políticos han ejercido desde Sevilla contra nuestras provincias: desaparecen los trenes, se agrietan las carreteras, se eternizan las obras de restauración de monumentos nacionales, faltan hospitales y escuelas… y hemos callado. Hasta ahora.

Antonio Machado decía que un andalucista era un español de segunda y un andaluz de tercera, pero se le olvidó señalar que un andaluz oriental sería un ciudadano de cuarta. Por eso urge otra Andalucía, a nuestra imagen y semejanza, y conforme a nuestras necesidades. ¿Andalucía Oriental? Bienvenida sea esta Andalucía nuestra, hecha al modo de los andaluces de aquí.

(Publicado en Diario IDEAL el día 26 de febrero de 2009)

3 comentarios:

Diego de la Cruz dijo...

Pues sí, malamente estamos, pero como se nos ocurra salirnos del redil...

Anónimo dijo...

Si alguien ha mirado el BOJA hoy, habrá visto que el Decreto-Ley 1/2009 del Gobierno Andaluz prepara la celebración de mañana haciendo un poco más pequeños a todos los ciudadanos andaluces.
Se ve que no hay otro caso "de extraordinaria y urgente necesidad" en esta tierra.
Felices los felices.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Manuel.

Y enhorabuena por tu artículo.

Javier Ramírez
Plataforma por Andalucía Oriental