miércoles, 23 de febrero de 2011

HISTORIAS PARECIDAS





Cómo se parecen los discursos de todos los dictadores de todas las épocas. Parece que hubiese un manual que desconocemos y en el que ellos aprenden ese lenguaje rabioso, esos llamamientos al asesinato de la población indefensa, esa manera siempre igual de llenar las calles con matones que llaman a las puertas de las casas para aterrorizar a los niños, violar a las mujeres y asesinar a los hombres.

Pero cómo se parece también la actitud del «mundo civilizado», como se repiten las cobardías y los silencios y las complicidades, como se contagian a través de la historia los mismos temores para afrontar la realidad antes de que la realidad se enfrente a nosotros.

Cómo se parecen aquellas fotos de Chamberlain con Hitler o de Eisenhower con Franco a las fotos que circulan por Internet y en las que Gadafi habla amigablemente con Sarkozy, Aznar o Zapatero.

Y cómo sorprende este cinismo nuestro, capaz de relativizarlo todo menos la vida de los tiranos, como si el padre Mariana o el tribunal de Núremberg no hubieran existido nunca o como si sus argumentos éticos no siguieran siendo válidos para los tiranos de hoy.

4 comentarios:

Francisco Javier Torres López dijo...

¡ pero qué feo es el condenao, jolin !

Manuel Madrid Delgado dijo...

En este caso, la cara es el vivísimo espejo del alma...

E. Santa Bárbara dijo...

A los políticos sólo les interesa el dinero y el poder. Se fotografían con Gadafi, le venden armas, le compran petróleo, le permiten que plante su lujosa jaima en el jardín de los mejores palacios de Europa... Todo por el dinero.

Si se pasa por el forro los derechos humanos, si cercena las libertades, si encarcela o mata a quienes no piensan como él, eso no es demasiado importante. Lo importante es la economía.

Los Castro, Berlusconi, Chávez, Morales y algunos más, deberían estar en la misma lista negra en la que hoy han colocado a Gadafi. Ojo, que lo han metido en esa lista ahora, porque es ahora cuando conviene.

Manuel Madrid Delgado dijo...

En realidad Eugenio los políticos, en estos temas, son reflejos de nuestras propias sociedades. También para cada uno de nosotros lo más importante de Libia es que no nos toquen el petréleo. La pregunta no es que hacen los políticos para frenar el mal sino que sacrificios estamos nosotros dispuestos a asumir para que el mal no triunfe.
Saludos.