En el Ayuntamiento de Úbeda el seguimiento de la huelga de la función pública es prácticamente nulo, pues no pueden considerarse huelguistas aquellos empleados municipales que hoy están disfrutando de horas sindicales, día de libre disposición, día por compensación de horas extraordinarias o son, simplemente, liberados sindicales.
En los Juzgados de Úbeda el seguimiento de la huelga es nulo, sin más: todos los funcionarios han acudido hoy a sus puestos de trabajo.
En la Delegación de la Agencia Tributaria, también en Úbeda, parece ser que nadie ha hecho huelga. Tampoco ahí. Ni en las oficinas de la Seguridad Social.
En el Centro de Profesores y en la Oficina Comarcal Agraria, en Úbeda, nadie ha secundado la huelga convocada por UGT y CC.OO.
En el Centro de Profesores y en la Oficina Comarcal Agraria, en Úbeda, nadie ha secundado la huelga convocada por UGT y CC.OO.
En la sede de la Junta en la que trabaja mi hermano, en Sevilla, el seguimiento de la huelga es igual de nulo: todo el mundo ha acudido a su puesto.
Y en los colegios de Úbeda parece ser que el profesorado ha acudido masivamente a las aulas. Y parece que el personal del Hospital y de los Centros de Salud también está al pie del cañón, cumpliendo con sus obligaciones.
Todo esto no dejan de ser anécdotas en un día en el que los sindicatos españoles probablemente se hayan jugado la poca credibilidad que les quedaba. Pero a veces la anécdota sirve para ilustrar la categoría: los sindicatos hablan de un 75% de seguimiento de la huelga, pero a la vista de las anécdotas que vamos conociendo, esa cifra es, literalmente, mentira. Más acertado anda en esto el Gobierno, que también alguna vez merece tener razón, cuando habla de que sólo el 11% de los empleados públicos están en huelga. Y aún de ese 11% habría que ver cuántos no son “sindicalistas” que siguen el ejemplo de sus compañeros del Ayuntamiento de Úbeda.
Aún sobre la base de las anécdotas es posible sacar una conclusión: los sindicatos han fracasado estrepitosamente. Se lo tienen merecido: la única huelga destinada a triunfar es la que se convoque, también, contra los sindicatos.
8 comentarios:
Un huelga contra los sindicatos, me gusta, me sumo
Buena información, fiel reflejo de lo que está pasando hoy, y de por qué está pasando. Pero falta un dato: yo sí conozco a uno que dice que si fuera funcionario estaría de huelga: se llama González Pons. Sí, ese que habla tan bien y que está todo el día sonriendo en la televisión.
En el árticulo "No a la huelga" que escribiste hace unos días, justificabas que hoy irías a trabajar por mucha gente y por muchas causas. Por la información recopilada en el árticulo de hoy, y en la hora a que lo escribiste, parece que lo único que hiciste fue acudir a tu puesto de trabajo.
Anónimo 3. Qué fácil sacar conclusiones, no? Cuánto piensas que se tarda en hacer una entrada como esta y en hablar con dos o tres personas que te pasen información de lo que ven? Con muchas se puede hablar incluso en el desayuno, funcionarios de otras entidades. Hoy supongo que Manolo habrá hecho lo que muchos funcionarios, comentar la situación. Seguro que los sindicalistas lo habéis estado haciendo mejor, hay que joderse.
El anónimo 3 debe ser un listo de mucho cuidado... En tos los trabajos se fuma hombre, o es que una cajera no descansa de vez en cuando también y charla con las compañeras?
Aqui os dejo otro articulo de Jose Andres Torres Mora defendiendo sus habichuelas.
"Si la democracia es cara, pruebe con la tirania"
http://jatorresmora.wordpress.com/2010/06/08/si-la-democracia-es-cara-pruebe-con-la-tirania/
Ahora, como dijo Griñan los otros dias sobre Zapatero, que el movimiento sindical sea noble y honrado, no hace a los sindicalistas ni buenos ni honrados, los habra que si y los habra que no.
Un saludo a todos.
A ver, Parri, no confundamos el culo con las témporas. Está claro que la "democracia" tiene sus costes económicos, lo que no justifica el despilfarro. El hecho de que haya gastos ineludibles para el sistema, gastos necesarios, gastos justificados, no significa que todos los gastos que genere el sistema tengan que ser aceptados. ¿El hecho de que una dictadura sea más cara en todos los aspectos, sobre todo en los morales, justifica que con el dinero público, treinta años después de la Transición, tenga que seguir subvencionándose a partidos, patronal y sindicatos? ¿Quién está interesado en confundir la defensa del fin de esas subvenciones, hoy por hoy injustificadas, con un ataque a la libertad sindical, la libertad política o la libertad empresarial, con un ataque, en definitiva, a la libertad de asociación? ¿No es cierto que todas las entidades serían más potentes ética y socialmente, más independientes, más conscientes de su responsabilidad, si no tuviesen que depender de la sopa boba del presupuesto? ¿No es lícito, desde la democracia y desde el deseo de una red social fuerte, defender que sean los socios de partidos, sindicatos y patronales los que sufraguen los gastos de sus organizaciones del mismo modo que los cofrades sufragamos los gastos de nuestros saraos? ¿Acaso se atacan la libertad o la democracia cuando se dice que es completamente escandaloso el gasto generado por no sé cuántos canales autonómicos? ¿Es defender la tiranía decir que la organización territorial del Estado y su coste tienen que ajustarse no a los deseos sino a las realidades del presupuesto? ¿Se defiende mejor la democracia por defender que haya un Senado, un Congreso y diecisiete parlamentos más en las autonomías? ¿Acaso el Reino Unido, paradigma de democracia, es menos democrático que España por carecer de tanto parlamento regional?
Ya te digo, una cosa es defender el coste legítimo del sistema y otra muy distinta pretender amparar dentro de ese coste tanto exceso como no se ha recortado ni abordado antes de dirigir la mirada a las pensiones, por ejemplo.
Saludos y a ver si nos vemos, Mochuelo.
Nos convocaron a la huelga con "la boca pequeña", para que supiéramos que aún siguen ahí... los sindicatos de clase, los que "han conseguido grandes logros sociales", los que juegan a dos barajas, con la patronal y con los trabajadores. Mientra cobran importantes subvenciones estatales, se liberan cargos y se emplean enchufes a diestro y siniestro.
La huelga de funcionarios ha venido bien para demostrarles que no nos interesa su juego aburguesado, que tienen poca credibilidad y cada vez menos representatividad.
Hipócritas y falsos, esparando a la puerta del trabajo para vigilarnos y reprocharnos con una mirada de soslayo, que venimos a trabajar... mientra ellos, liberados, con horas sindicales o de dia de libre disposicion, se aseguran su sueldo.
Y que conste, que yo estoy de acuerdo en que nos bajen el sueldo si con ello se soluciona la crisis, que debemos aportar todos nuestro esfuerzo en mayor o menor medida, pero que tambien esperamos que los políticos, que se están convirtiendo, si no lo son ya, en el mayor lastre que cargamos en nuestra chepa, hagan lo propio y no abusen de los coches oficiales para ir a su trabajo diario, ni abusen de otros medios sin control del gasto alguno, mientras nos piden a trabajadores mil-euristas y jubilados que nos abrochemos el cinturon.
Yo tambien quiero una huelga contra los sindicatos, la pido, la exijo.
Saludos
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