miércoles, 12 de mayo de 2010

EL TIJERETAZO




Esta mañana, Rodríguez Zapatero, que ya puede presumir abiertamente de ser el peor político de la historia de España –y mira que el listón estaba alto– anunciaba un tijeretazo radical al presupuesto público. Después de varios años de ceguera premeditada y de un optimismo que ha resultado criminal para la salud económica del país, después de dos años largos negando irresponsablemente la evidencia mientras esperaba un milagro, sin atreverse a gobernar y no sabemos si poniendo velas a todos los santos, el Gobierno se encuentra entre la espada y la pared. Ineficaz, incapaz, ZP ha cargado hoy contra los trabajadores (reducción del 5% del sueldo de los funcionarios), contra los pensionistas (congelación de las pensiones) y contra las parejas jóvenes (eliminación del cheque bebé, una medida desafortunada que no se cambia por ninguna otra de apoyo a las familias). Simbólicamente, y para darnos a los españoles el chocolate del loro, el gobierno anuncia que ellos y ellas, tan solidarios los ministros y tan solidarias las ministras, se rebajan el sueldo un 15%. Nada dice el Gobierno, claro, de reducir los sueldos de diputados, altos cargos políticos, concejales, alcaldes... Para escándalo de los que todavía tenemos resuello para escandalizarnos, hoy mismo se desplazan a no sé dónde, para ver un partido de fútbol, un grupo de chupópteros mantenidos por el erario público. Pero esos gastos futboleros del príncipe y su corte de los milagros parece que no son gastos superfluos, y ahí no hay tijera que entre cortando a saco.

Es necesario que el país se ajuste el cinturón. Y seguramente es necesario que los funcionarios colaboremos con ese ajuste, pese a que en los años de las vacas gordas ninguno de nosotros cobraba como los que se hacían millonarios con las obras y las chapuzas. Pero a mí se me ocurren medidas más necesarias, más urgentes y menos dolorosas para los ciudadanos en general que la embestida contra los derechos sociales que hoy ha llevado a cabo el gobierno ZP. ¿Medidas? Pues ahí van algunas de ellas, y ahora que vengan los paniaguados a tacharlas de “demagógicas”:

- Reducción de un 1/3 en el número de secretarías de Estado, direcciones generales y similares, en la Administración del Estado y en las Administraciones Autonómicas, y limitación de su número por ley.

- En España hay 1256 diputados autonómicos. Reducción de estos en 1/3 del total, a repartir proporcionalmente entre todas las comunidades.

- Fijación de un número máximo de 150 senadores.

- Fijación de un número máximo de 250 diputados.

- Reducción del número de ministerios, y supresión de las 11 vicepresidencias autonómicas y de las 7 consejerías de Presidencia de las autonomías.

- En España hay más de 200 consejeros autonómicos. Reducción de estos en 1/3 del total, repartidos proporcionalmente por comunidades.

- Limitación legal de las retribuciones de todos los cargos políticos. Que ningún cargo público, ninguno, cobre más de 100.000 euros anuales, y fijación de salarios según nivel de responsabilidad. Que ningún alcalde, ninguno, cobre más de 60.000 euros anuales, y fijación por ley de la retribución según población de la ciudad. Y eliminación inmediata de las retribuciones o “indemnizaciones” que los políticos perciben por asistir a consejos de administración de cajas de ahorro y empresas públicas y similares. Y supresión de las liberaciones de concejales y otros políticos, salvo en los casos estrictamente necesarios. Y supresión inmediata de todas las pensiones, indemnizaciones y similares que cobran los políticos y ex-políticos. Y fijación por ley de la imposibilidad absoluta de que un político reciba varias retribuciones por distintos conceptos, como según parece ocurre con la tal Leire Pajín: un político, una sola fuente de ingresos.

- Limitación legal del número de asesores que pueden tener las distintas administraciones, y fijación de un sueldo público máximo de 50.000 euros.

- Fijar en 3.000 euros la retribución total, por todos los conceptos, que puede recibir un parlamentario nacional y en 2.500 euros, por todos los conceptos, la retribución total de un parlamentario autonómico.

- Supresión de todas las subvenciones o aportaciones públicas, de cualquier tipo, recibidas por sindicatos, patronales y partidos políticos, y fundaciones ligadas a estas entidades, en cualquier nivel de la organización territorial del Estado. Esto supondría el ahorro de varias decenas de millones de euros. Esta financiación pública de partidos y sindicatos, que pudo tener sentido en los años de la Transición, cuando era necesario apoyar el tejido asociativo, carece hoy, conforme están las cosas, de ninguna justificación: los sindicatos, las patronales, los partidos... que los paguen sus afiliados.

- Congelación de todos los salarios públicos superiores a los 35.000 euros.

- Cierre inmediato de todas las segundas cadenas de las televisiones autonómicas y limitación legal del gasto de todas las televisiones y radios públicas.

- Supresión inmediata, para ya, de cualquier tipo de prejubilación o jubilación previa a los 65 años, tanto para funcionarios como para empleados de banca o de eléctricas o de...

- Congelación de las subidas de todas las pensiones superiores a 1.600 euros.

- Congelación del número de empleados públicos, hasta llegar a una ratio máxima de 1 empleado público por cada 35 habitantes. Esta congelación no afectaría ni a la sanidad, ni a la educación ni a la seguridad pública.

- Aumento de los tipos impositivos del IRPF, para que realmente paguen más las rentas más altas.

- Investigación sostenida de todo el fraude fiscal, con más presión cuanto más altas sean las rentas. (Curiosamente, el otro día, el gobierno “socialista” mandaba una directriz a la Inspección de Hacienda para que pase de investigar a autónomos, parados, pymes y asalariados, dejando a un lado el agujero inmobiliario y las grandes fortunas. Pura política de izquierdas, vamos.

- Rebaja en el impuesto de sucesiones entre padres e hijos, aumento en las otras situaciones.

- Impuesto sobre el patrimonio cuando se rebasen ciertos límites, y obligación de tributar para todas las personas físicas y jurídicas, sin excepciones de ningún tipo, que rebasen ese límite mínimo.

- Mantenimiento del 16% de IVA máximo.

- Aumento de los impuestos sobre el tabaco y el alcohol.

- Implantación del impuesto sobre bienes de lujo y gastos suntuarios.

Es necesario ajustarse el cinturón. Pero es tremendamente injusto que este gobierno ciego y sordo recorte por abajo, como siempre, sin haber recortado antes tantísimo como es recortable por arriba. Y lo peor es que no hay esperanza: produce escalofríos pensar como sería el recorte si gobernase Rajoy. Todos son una panda de ineptos y por eso ninguno se atreverá a acometer, nunca, recortes reales, profundos, en un sistema político hipertrófico e ineficiente e ineficaz como es el español, donde tantos y tantos viven de la teta de lo público sabiendo que sus compinches de arriba nunca tocarán esas prebendas... Mi abuelo decía que todos los políticos, sin distinciones, son como los cerdos, que sólo chillan cuando la mamá marrana les quita la teta. Hoy estoy absolutamente convencido de que llevaba razón. Y estoy convencido de que hoy somos muchas las personas de izquierdas que no salimos de nuestro estupor ni de nuestra indignación. No sé si la solución es la huelga general o cualquier otro tipo de tontería de ese tipo, pero lo evidente es que hoy por hoy la solución no son ni pueden ser ZP ni Rajoy, el PSOE ni el PP. Posiblemente tampoco lo sean ninguno de los otros. Nos aprietan el cinturón; apretemos los dientes, apretemos los puños y demos de una vez un puñetazo encima de la mesa, siquiera para demostrarles a los ineptos de la clase política que no somos imbéciles.

Porca miseria.

3 comentarios:

Ganapanazgo de Úbeda dijo...

No escribe usted mal, pero se le escapan las magnitudes macroeconómicas. Todo eso que dice podría haber solucionado algo hace dos años. Cuando el fuego desbocado del hundimiento ha prendido en un país, no serán los bomberos quienes lo enfríen y detengan (aunque anden a voces por ahí, de amianto, botas y acero, pidiendo más pasta en sus nóminas). Ahora nada es ya bastante. Todo lo que propone y más ya no será suficiente. Las bajadas de sueldo de los funcionarios no terminarán de arreglar nada. El sistema de pensiones no dejará de estar al borde de la quiebra por una simple congelación. Ahora hay que replantearlo todo. Ahora queda reducir el aparato del estado, aminorar el personal de la administración, quizás también reducir las administraciones. Seguro que aunque se quedase en la mitad la administración no funcionaría peor. No porque eso sea imposible, sino porque o no hacen nada más de la mitad de los que trabajan en ella o están todos más de la mitad del tiempo sin hacer nada.
Las lamentaciones son seña de que se ha tomado conciencia del mal. Ya tenemos lágrimas. Ahora necesitamos sudor.

Manuel Madrid Delgado dijo...

Gracias, hombre, por perdonarme la vida con su displicencia. Supongo que, en días como estos, no tendrá sentido discutir con alguien como usted, que a buen seguro debe ser algún profeta de los que el gobierno ha puesto en circulación para arremeter contra todos los funcionarios, sin distinciones. Y supongo que será de esos que hoy están alegres porque se quita un "privilegio" más a los funcionarios (curiosa teoría esta, la suya y la de sus amos, de considerar "privilegios" los derechos, pero eso es otra historia y creo que lo mismo que a mí se me escapan las magnitudes macroeconómicas a usted se le escapan los parámetros ideológicos, por lo que le resulta cómodo y gratuito flirtear con el filofascismo). Y supongo, que usted que se ve sobradamente inteligente y preparado, entenderá que no conteste sus mensajes, faltones por lo demás. Suficiente tiene con que siguiendo la costumbre de este blog no sean borrados. De todos modos le recomiendo que siga usted alimentando su rencor en su blog o en alguno de los habilitados por el grupo PRISA para ahostiar a los funcionarios.

Anónimo dijo...

Pues a mí para reducir el déficit se me ocurre acabar de un plumazo con todos los derechos y privilegios que tienen los gitanos: casas gratis pagadas por todos y mantenidas (pintura, arreglos, luz, agua) con nuestros impuestos, pagas desde que nacen sin trabajar nunca, becas por no estudiar, etc. y etc. y etc. ¿Alguién ha calculado cuánto cuesta mantener al año a ese millón de gitanos que parasitean el estado del bienestar?