viernes, 31 de julio de 2009

PATRONOS SIN PIEDAD



Este hombre todavía tiene algunos ramalazos que nos recuerdan que llegó al gobierno con un programa que prometía –con palabras de su abuelo, fusilado en agosto de 1936– “el mejoramiento social de los humildes”. Ahora los patrones –me gusta esa palabra para designar al empresariado español: recuerda la vena caciquil y chulesca que conservan los chicos de Díaz Ferrán– piden sin piedad que la crisis la paguen los currantes. Y solicitan permiso para dinamitar la Seguridad Social y pasar la apisonadora sobre los derechos de los trabajadores, a los que quieren mandar al paro con una estampita de Escrivá de Balaguer, san Josemaría para los amigos. La actitud de la patronal está más clara que el agua: que la soga se estreche sobre el cuello de los que menos tienen, que aumenten las penurias de las familias de los mileuristas –luego, claro, los empresarios irán a las marchas en defensa de la familia, porque ellos son muy cristianos–... Que el desbarajuste de la ambición lo paguen los que solo ambicionan un trabajo decente con un sueldo para ir tirando. Esa es su receta y se la entregaron a ZP en una cena que cenaron en La Moncloa.

Y a ZP le dio un patatús socialdemócrata, ya digo, y se ha limpiado el culo con la receta de los patrones, a los que sólo les ha faltado pedir que los parados hagan un esfuerzo solidario y renuncien a sus prestaciones para pagar una subidita de sueldo de los juezazos del Consejo General del Poder Judicial, que las criaturas no llegan a fin de mes con seis mil y pico euros. Y es que los ricos están colmando la paciencia de los más pacientes, y hasta Obama ha tenido que señalar que los banqueros carecen de vergüenza. El nivel de escrúpulos de nuestros patrones lo indica el que hayan logrado sacar de sus casillas al hombre tranquilo, al Presidente que había venido tragándose todos los “trágalas” de nacionalistas, que una cosa es el chantaje de Ridao y Montilla y otro la tropelía que proponen Díaz Ferrán y sus acólitos. Y ZP ha dicho basta: está bien que sea el Gobierno el que señale que hay líneas rojas que no se pueden pasar, porque la voracidad empresarial es ilimitada. Y está bien que el Gobierno –aunque sea este gobierno del buen rollo y del optimismo a prueba de crisis y de gripes– haya dicho “no” a la desfachatez de los poderosos. En realidad la socialdemocracia es mucho de esto y muy poco de todo ese cuento autonómico e insolidario que viene royendo el proyecto del PSOE desde el lío del Estatuto catalán: lo de izquierdas es defender que España es un proyecto de todos y que es justo que se esfuercen más quienes más tienen... o quienes más a contribuido a meternos en este follón.

Todavía falta una palabra por pronunciarse: la del PP, que a estas alturas y con estos calores no sabemos qué opina de las inmisericordes peticiones de los patronos. Y es necesario saberlo para ir a votar en las próximas elecciones. Porque si los populares quieren ganar para sacar adelante la desfachatez de la CEOE habrá que predicar –y votar en consecuencia– que más vale lo malo conocido que lo peor por conocer.

(Publicado en Diario IDEAL el día 30 de julio de 2009)

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