martes, 30 de septiembre de 2008

LOS GUARDIAS PROTESTAN



El enfrentamiento que aún hoy mantiene el Concejal de Personal contra los policías municipales debería sorprendernos… pero menos, porque no son nuevos ni el conflicto ni sus causas. Si no lo creen, pasen y vean lo sucedido allá por el antes, durante y después de la republicana Feria de 1931.

Debió venir fresco aquel septiembre. El miércoles 23 se celebra un borrascoso Pleno Municipal, en el que algunos concejales dicen que los alguaciles están helados con la ropa de verano. Los policías de hoy se cuecen en agosto con la ropa de invierno y protestan, y aquellos de los años treinta no debían andar muy felices pasando frío. Desconocemos si los guardias protestaron en Feria, pero el 30 de septiembre el periódico «La Provincia» comenta que “durante los días de feria, se originarán inmumerables incidentes con motivo de la circulación de automóviles, pues como no están terminadas algunas de las más importantes calles, no se podrá hacer «redonda» ni direcciones prohibidas.” ¿Ven?… nada nuevo bajo el sol: problemas de tráfico en feria –¿sabrían realmente en 1931 lo que es un problema de tráfico? ¿qué dirían los pobres si vieran las colas que se forman en 2008 para ir al Recinto Ferial?– y policías municipales quejosos de sus condiciones laborales.

¿Pasaron frío los policías durante la Feria?, ¿se atascaron los coches? Lo único que sabemos es que la ciudadanía quedó descontenta con la Feria, llegando a pedir la prensa local que se hiciera una Feria digna de Úbeda o no se hiciera ninguna. Terminada aquella Feria que no gustó a nadie, vuelve el Ayuntamiento a celebrar Pleno, esta vez el viernes 9 de octubre. Y otra vez reluce el descontento de los municipales: satisfecha su necesidad de ropa adecuada al frío, piden… mejor sueldo y horario de ocho horas como los demás funcionarios.

Debieron ser diligentes los gobernantes republicanos solucionando el problema con los municipales. Y habiendo pasado al grupo de funcionarios bien tratados –ropa adecuada, sueldo y horario digno– no tarda la ciudadanía en recordarle sus obligaciones al inspector municipal y a sus guardias. El 16 de mayo de 1932 la Redacción del semanario «Vida Nueva» le pide a inspector y subordinados que dejen “de lucir el tipo” –¿tan guapetones se veían con sus uniformes nuevos?– y tomen las medidas necesarias para impedir que los alrededores del Ideal Cinema fuesen un meadero colectivo los días de función. Y les pide diligencia, ahora que “nuestros agentes han de estar más descansados al disfrutar de la jornada legal de trabajo”.

Ya ven: hoy, como en 1931, hay guardias con frío o calor y que quieren –como todo trabajador– trabajar menos y mejor y cobrar más. Y hoy, como hace setenta y siete años, los ubetenses exigen buena Feria y concejales y guardias que cumplan su deber. La vida es un tiovivo: en 2008 vuelve 1931.

(Publicado en Diario IDEAL el 29 de septiembre de 2008)

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