Sin duda, la imagen de la semana es la del "asalto" a distintos supermercados andaluces protagonizado por militantes del conglomerado ideológico de Sánchez Gordillo, el alcalde de Marinaleda, y destinado, según declaraban sus propios ejecutores, a repartir alimentos básicos a decenas de familias que se encuentran en situación desesperada. ¿Era ese el objetivo real? Lo cierto es que en las imágenes de televisión los carros se veían llenos no de jamones de pata negra o botellas de Champagne sino de garbanzos, arroz o lentejas.
En cualquier caso, la respuesta a la imagen de la semana ha sido dispar por parte de la sociedad española, como cabía esperar: muchos ciudadanos han comprendido el gesto de los comunistas al modo marinaledienses, independientemente del concepto que les merezca el líder del movimiento político; otros muchos lo han calificado directamente como un robo. La postura interesante o curiosa o que al menos a mi me apetece comentar ahora, porque para eso este es mi blog, no es la de los primeros, ciertamente, sino la de los segundos.
Porque los segundos (los que furibundos han cargado contra el gesto del Sindicato Andaluz de Trabajadores) son los que viven instalados en la paradoja que parece contener, inevitablemente, el verbo "robar". ¿"Robar" es un verbo transitivo o intransitivo? Robar, simplemente, es un verbo paradójico. Sobre todo cuando es utilizado por la derecha. Y es que la derecha que desde sus programas de televisión y de radio y desde sus periódicos ha cargado contra el gesto de Sánchez Gordillo es la misma que ha guardado silencio ante el atraco de las participaciones preferentes, por ejemplo. Para esa derecha, no era grave (pero nada grave, ni delictivo tampoco) que una anciana saliese del banco después de firmar un contrato de varios miles de euros para la compra de participaciones preferentes, convencida por su director de toda la vida de la bondad de lo que hacía; para esa derecha, lo grave y lo delictivo era que a esa anciana le pudiesen dar un tirón del bolso en la puerta del banco y robarle cincuenta euros con seis céntimos. Porque para esa derecha que con furia azul mahón hablaba estos días de "bolcheviques" y "revolucionarios" lo inmoral no es lo que daña la dignidad de la persona sino lo que traspasa el límite de la ley: para ellos, darle dinero a los bancos mientras falta para los niños enfermos es completamente moral porque es legal, pero es radicalmente repudiable "robar" en un supermercado para darle de comer a las familias que pasan hambre simplemente porque es ilegal. En esta España que vuelve al pasado a pasos agigantados, también la derecha recupera su moral puramente hipócrita: como diría el viejo señorito "en teniendo nosotros la panza llena..."
¿Que qué me parece a mí el gesto de los bolcheviques de Sánchez Gordillo? ¿Moral? ¿Inmoral? ¿Legal? ¿Ilegal? ¿Decente? ¿Indencente? La verdad es que no he tenido tiempo para pensarlo. Desde luego me parece bastante más decente que otros muchos gestos que no se están persiguiendo en este país. Y en cualquier caso me parece un gesto profético: creo que estamos condenados a que los padres y las madres de familia o las asociaciones que se conviertan en garantes de sus derechos pisoteados y violados asalten los supermercados para poder darles de comer a sus hijos. Y a mí ese no me parece un gesto moral o decente, sino un gesto simple y llanamente justo y humano. Eso es lo que cualquiera de nosotros haría si viera que a su hijo le falta lo básico mientras que lo básico se tira a manos llenos: lo doloroso no es la situación dramática a la que se está empujando a millones de españoles, lo doloroso es que eso se hace en un país en el que hay recursos suficientes para que nadie tenga que padecer la humillación de pedir pan para sus hijos.
Son muchas las familias españolas que comienzan a pasar hambre: no es una exageración, lo dicen los datos de Cáritas, de Cruz Roja, de los bancos de alimentos, de las organizaciones internacionales. Eso es lo profundamente inmoral y lo profundamente indecente, aunque parece que en este país enfermo eso es profundamente legal.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, Manolo. Las leyes no siempre son acertadas y para eso está la política para cambiarlas desde el sentido común que parece que es lo que le falta a mucha gente.
Saludos,
Luis A. Sierra
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