jueves, 22 de marzo de 2012

EL INVIERNO PIDE PERDÓN





Al final, al invierno no le ha quedado otra que sentirse culpable y se ha marchado con mala conciencia. ¿Cómo no iba a tenerla si no nos ha traído ni fríos ni hielos ni nieves ni lluvias? Por eso, el martes quiso despedirse regalándonos un día que fuese un día de invierno, gris y frío, con nevisca y con ganas de brasero. Pero a estas alturas el invierno debiera saber que eso no nos sirve para perdonarlo: lo único que puede redimirlo es que le suplique al verano que no venga hecho un mocetón, que llegue hasta nosotros raquítico y escuálido, con noches frescas y días húmedos. Lo único que puede hacernos sentir piedad por un invierno que no ha sido invierno es que el verano disimule.

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