El viernes recibí la grata noticia de que un muy querido amigo (más bien casi un hermano: y sirva este título para el resto de miembros de su familia) descubrió este Cuaderno, lo que le hizo perder toda una tarde de estudio. Eso, por no contar la confusión en que se metió con cierto artículo sobre El Salvador que anda por aquí. El amigo recién aterrizado en estos lares es Andrés Fuentes, y la alegría de saberlo visitante de este invento bien merece una entrada especial. Acompañada de una de las fotos que forman parte de mi más íntima historia de la felicidad, en la que estamos él, su (mi) hermano Luis y yo: era el día de la Cruz de 1999. Y era en Granada. Con eso está dicho todo, también todo lo relativo a la amistad que nos une.
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