miércoles, 2 de enero de 2008

AÑO NUEVO



Cuando llegó la Navidad, felicité a través de este cuaderno a todas las personas que quería, a todos los que se habían acercado alguna vez aquí a leer algo. Vaya, nuevamente, esa felicitación: ahora, para el año nuevo. Pero que nadie que no sea amigo ni persona por mí tenida en aprecio, se sienta felicitada, no sea que algunos que andan por ahí sueltos se crean que también a ellos les deseo felicidad.

El año ha empezado con la sangre un poco hervida. Pero será cuestión de ponerse a mirar de frente al futuro, que es la vida, y comenzar a vivir con los que queremos y nos quieren. El resto, ya lo sabemos, son polvo que pasa, personajes que un día puede hacernos daño: pero estamos obligados a no dejar que nos ganen la partida de la vida los que viven con la sangre agriada y con el sentido del respeto y de la dignidad averiado.

A María Luisa, a mis padres y hermanos, a mis amigos, a los que sinceramente admiran este cuaderno, a mis compañeros de trabajo, a los cofrades de la Sentencia con los que este año me tocará compartir experiencia nueva... a todos, de corazón, FELIZ AÑO 2008. El resto... que se jodan.

Salud y paz a todas las personas de buena voluntad, que, pese a algunos, siguen siendo muchas.

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