Hay situaciones extrañas en la vida de un persona, por lo inéditas hasta el momento en que suceden, por lo inesperadas, por no esperárselas de quien las causa, por el resquemor que producen una vez causadas. Una de esas situaciones vivo yo en este momento: cosas de la vida laboral de los españolitos. Es cierto que el momento es paradójico y entristecedor. Hubo días en que anduvo mejor el ánimo que en estos del año recién estrenado. Pero aún así me gustaría agradecer, a través de este Cuaderno, las muchas muestras de afecto y de cariño que estoy recibiendo, incluso de personas de las que no me esperaba esos gestos. Uno cuenta con su familia y con sus amigos, pero siente algo muy especial cuando por la calle lo para alguien que no es amigo (aunque se le tenga cariño) y le muestra su perplejidad y su apoyo. También por teléfono he recibido estas muestras de cariño. Sólo me resta reiterar mi agradecimiento. Todos los que son (ellos lo saben) pueden tener por cierto que no olvidaré este gesto.
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