martes, 15 de marzo de 2016

INVECTIVAS CONTRA LA UNIÓN (I)




Dentro de la trampa, el conejo apura las últimas hojas de lechuga que lo incitaron a entrar en ella. Fuera, lo esperan los zorros dispuestos a devorarlo en el caso de que pudiera levantar la trampilla que lo mantiene encerrado. En algo así se ha convertido la Unión Europea. En una trampa.

Dentro de la Unión Europea, las clases trabajadoras y medias soportan una política de recortes de sus derechos cada vez más aguda, más descarada cada vez. Pero fuera les espera el espanto deshumanizado del mundo globalizado. Es difícil encontrar en la historia un momento como el que vivimos los europeos del siglo XXI, donde ocurre que tanto la decisión irracional (permanecer en la Unión Europea) como la decisión racional (salir de la Unión) avocan a una situación igualmente destructiva.

Sólo en la vieja copla de la sabiduría popular se describe con precisión el irresoluble dilema que hoy plantea la Unión Europea: “Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas y sin ti porque me muero”. Pues en esa trampa estamos: en la de elegir si preferimos que nos mate la Unión Europea o si es mejor morirnos solos fuera de ella.

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