El Gobierno de la Nación ha anunciado, vía BOE, su intención
de proceder a la demolición del edificio de la antigua Cárcel Modelo del
Partido Judicial de Úbeda. en 108.000 euros se ha valorado la operación de
destrucción de este edificio de la década de 1920 que permitirá al Estado
contar con un vasto solar destinado a la especulación urbanística. Algo menos
de dieciocho millones de pesetas para poner fin a uno de los edificios más
significativos de la historia de Úbeda durante el siglo XX.
La vieja Cárcel de Úbeda se construyó en 1927 en una amplia
avenida arbolada situada por encima del arrabal de San Nicolás, entre la
Torrenueva y la Venta Juanillo. Era una zona “de expansión” en la que, por
detrás de la cárcel, se situaban las “casas baratas” de trabajadores humildes y
en la que, hasta finales de los años 80, se conservaron espléndidas casas del
primer tercio del siglo XX, construidas por la mediana burguesía ubetense y
definidas por la mezcla de ladrillo y paramentos de color blanco. El único
edificio que se conserva de todos aquellos que se construyeron antes de la
Segunda República, es este edificio neomudéjar de la Cárcel Modelo de Úbeda,
uno de los más notables ejemplos de la arquitectura historicista de la
provincia de Jaén que, curiosamente y pese a su relevancia artística e
histórica, no está declarado como Bien de Interés Cultural por la Junta de
Andalucía, catalogación ésta que habría permitido evitar la destrucción del
edificio.
Ahora se pretende inscribir el edificio en el catálogo de lugares
de la memoria democrática de Andalucía, que es una relación de los espacios y
lugares relacionados con la represión franquista: cárceles, campos de
concentración e internamiento y tortura, paredones en los que se fusilaba. Por
la propia lógica de la represión, debieron ser lugares sometidos a la
jurisdicción militar extraordinaria que llevó a cabo las tareas de eliminación
de los derrotados. Sin embargo, la evidencia histórica apunta a un papel
secundario de la Cárcel Modelo en la brutal represión que Úbeda padeció tras la
entrada en la ciudad de las tropas comandadas por el coronel Saturnino González
y el comandante Enrique Velázquez (ambos nombrados hijos adoptivos de Úbeda. Según
se desprende del Padrón Municipal de Habitantes de diciembre de 1939, los
centros de reclusión de presos políticos fueron el palacio de Josefa Manuel o
Casa del Jodeño, para los hombres, y los solares del Buen Pastor (actual Calle
Alonso de Molina) para las presas; era en estos centros donde se hacinaban
cientos de personas donde se ejercía la jurisdicción militar, era en ellos
donde se torturaba para obtener confesiones y desde allí (hasta los primeros
meses de 1940, en que todos los presos son trasladados a Jaén) los presos partían
primero al Salón de Plenos del Ayuntamiento para ser sometidos a juicios de
guerra sumarísimos y, ya condenados, a la tapia del cementerio para ser
fusilados. La Cárcel Modelo del Partido debió seguir sometida a la jurisdicción
penal ordinaria y como tal, en la misma tuvo que ser muy poco frecuente la
reclusión de represaliados políticos.
Y sin embargo, la Cárcel Modelo del Partido Judicial de Úbeda
es un edificio completamente imprescindible para entender la Guerra Civil en Úbeda.
Porque no puede olvidarse que en ella, la triste madrugada del jueves 30 al viernes
31 de julio las turbas revolucionarias asesinaron brutalmente a casi cincuenta
personas indefensas. Ese crimen espantoso fue determinante en otros
acontecimientos de la Guerra en la provincia de Jaén: tras él, las autoridades
republicanas, sabedoras de que no podían garantizar la seguridad de los presos
en los pueblos de la provincia, ordenan su traslado a la capital, donde son
recluidos en la Catedral. Y cuando consideran que incluso ahí les resulta difícil
salvaguardar las vidas de los presos políticos, ordenarán su traslado a Madrid
en unos trenes conocidos como “trenes de la muerte”, que son asaltados por las
turbas a la entrada de Madrid y que se saldan con el asesinato de cientos de
jiennenses.
La antigua Cárcel de Úbeda adquiere esa noche terrible de
julio de 1936 su valor como lugar para la memoria de lo que nunca más debe
repetirse. E incluso si se quiere salvar el edificio como lugar de la memoria
democrática tendrá que hacerse, incómodamente, mirando entre el espesor de
aquella noche entrelazada de gritos, miedo y sangre. No sólo ya porque en
aquellas horas fueron pasados por las armas varios concejales de la CEDA del
Ayuntamiento de Úbeda, a los que al actual sectarismo histórico les niega ningún
reconocimiento democrático. Y sin duda no pueden ser considerados como “demócratas”
aquellos que tenían en sus aspiraciones el ideal de la eterna España católica y
militarista, pero como tampoco pueden serlo los anarquistas o quienes fueron a
la guerra no para defender a la “República democrática de trabajadores de toda
clase” sino a la revolución según la Unión Soviética de Stalin. Pero no se
trata de sopesar ahora cuánto respeto se merecen unos muertos y cuánto los
otros. Se trata ahora de reivindicar la salvación de la Antigua Cárcel de Úbeda
como edificio singular y como lugar de la memoria democrática. Y no porque allí
hubiese presos políticos tras la victoria de 1939 sino porque allí, la noche de
la saca de julio del 36 fueron asesinados por los milicianos revolucionarios el
concejal republicano Juan Cuadra Catena y el socialista Baltasar López Ruiz.
De todas las memorias democráticas de Úbeda, verdaderamente
democráticas, la memoria de Baltasar López Ruiz es la más incómoda y por ello
la más necesaria y la más clarificadora. Baltasar López era un hombre recto, un
demócrata convencido, una persona honesta odiada y encarcelada tras el 18 de
julio por sus propios compañeros del PSOE con Blas Duarte a la cabeza, arrebatados
ya por el mesianismo de la revolución. Baltasar López había sido Alcalde de Úbeda
durante la mayor parte de los años republicanos: se había batido luchando por
los derechos de los humildes y, derrochando respeto, se había ganado el respeto
de sus adversarios políticos. Era socialista y republicano, un Alcalde
convencido de las virtudes democráticas del régimen político de la Segunda República.
Fue asesinado en la Cárcel Modelo del Partido Judicial de Úbeda. No en 1939 por
los fascistas victoriosos sino en 1936 por los revolucionarios arrebatados.
Tal vez sólo por esta memoria incómoda, libérrima, del Alcalde Baltasar López Ruiz, por esta memoria que pone contra las cuerdas
todos los sectarismos que actualmente nos asaetean, merecería le pena conservar
un edificio cuyo derrumbe en aras de la especulación será un crimen de lesa
historia que la sociedad ubetense no debería perdonar.
21 comentarios:
Una entrada inapelable y exquisita Manolo.
Permíteme añadir algo. La Ley de la Memoria Histórica, esa que el gobierno central pretende matar por inanición, no solo se ocupa de las atrocidades que ocurrieron durante la larga oscuridad del franquismo si no también de las que ocurrieron durante la guerra incivil por unos y por otros.
Un abrazo.
Cuando eran asesinadas vilmente personas indefensas en el 36, no eran responsables ni políticos ni militares de izquierdas.
Lo que pasaba es que las turbas revolucionarias hacían caso omiso de las recomendaciones de los políticos y militares de izquierdas.
Es más, los políticos de izquierdas vaciaron las cárceles de personas de derechas, enviándolos a otras cárceles, para evitar a las turbas....
Cuando en la posguerra eran ejecutadas personas de izquierdas, eran ejecutadas por militares y políticos de derechas.
Triste "relectura" la que hace Manolo (al que algunos tachan de inapelable) de la guerra civil y la posguerra en Úbeda.
Así nos va.
Querido Blas, no hago ninguna “relectura”, sino que me limito a constatar los hechos de lo que pasó en Úbeda. Y lo que pasó en Úbeda fue lo que pasó en la mayor parte del territorio español que quedó bajo el dominio de la autoridad nominal de la República: simplemente, que tras el golpe de Estado y la consiguiente revolución social las estructuras jurídicas y políticas de la República se vinieron abajo y dejaron de tener capacidad coercitiva para impedir el crimen. Esto no significa que no hubiese políticos de izquierdas que colaborasen con los crímenes: en mi entrada señalo la responsabilidad directa del alcalde Blas Duarte, del PSOE, en el encarcelamiento de personas de derechas… y de un compañero suyo de partido que no comulgaba con la deriva revolucionaria que el partido había tomado en Úbeda. Y resulta difícil aclarar cuál fue el papel del Alcalde durante aquellas horas trágicas, pero sí parece que no hizo todo lo posible por evitar el asalto y el crimen.
Y está comprobado que hubo dirigentes políticos (el cabecilla de la turba, fusilado luego en 1939 por su responsabilidad en los crímenes, era militante de Izquierda Repúblicana) entre los milicianos que asaltaron la cárcel. Pero también está comprobado que quienes en aquellos momentos todavía tenían el honesto convencimiento de que representaban a la República se negaron a colaborar con el crimen, aún a riesgo de sus vidas. El juez del Partido se negó a ordenar la apertura de las puertas de la cárcel, y el Director de la Prisión, Celedonio Díaz Delgado, en un gesto de altísimo valor humano, se negó a dar la orden de abrir las puertas de la cárcel para que entraran los asesinos. Y al día siguiente, el juez y los médicos paran el intento de las masas de quemar a los presos y realizan todas las autopsias, como mandaba una ley que ya a nadie le importaba, en medio de un ambiente de exaltación extrema. Pero poco más podían hacer los que hasta unos días antes habían tenido algún tipo de autoridad porque, sencillamente, en Úbeda no había ya agentes la fuerza pública de la autoridad: los cuatrocientos guardias civiles que se habían concentrado en la ciudad y que sirvieron para contener a las masas revolucionarias los primeros días de la guerra, se marcharon el 25 de julio: es significativo que el asalto a las iglesias se produce al día siguiente, cuando los revolucionarios saben que ya no hay fuerza armada que los frene. Y esto son hechos constatados.
(Sigo en otro)
Como es un hecho constatado que tras la marcha de la Guardia Civil el director de la Cárcel intentó trasladar a los presos a Jaén, pensando que allí sería más fácil protegerlos. Como es un hecho constatado que el Gobernador Civil, cuando teme por la vida de los presos que hay encerrados en la Catedral, organiza dos trenes, en días distintos, con destino a Madrid pensando que allí podrán ser defendidos. Como es un hecho que al llegar al Pozo del Tío Raimundo los trenes son parados y los milicianos (entre los que hay dirigentes políticos, sin duda) asesinan a los ocupantes a sangre fría. Esto es así.
Como historiados sabes que las represiones rojas y azul tuvieron naturaleza distinta. Independientemente de que con el paso de los meses, la represión roja se “institucionalizase” y se canalizase a través de organizaciones paralelas a los sindicatos y los partidos de izquierdas, lo cierto es que durante las primeras semanas de la Guerra Civil, cuando había desaparecido toda estructura legal realmente sostenible, la represión obedeció a un fanatismo incontrolable, a un ajuste de cuentas, a una explosión de rabia, a algo anárquico en el que las masas podían asesinar a quien quisieran. Esto no significa que no hubiese sitios en los que, desde el principio de la guerra, no se pusieran políticos o militares de izquierdas al frente de los pelotones de asesinos o presidiendo los fantasmales tribunales de la justicia revolucionaria, pero es innegable que la tónica fue la contraria. Y en los estudios sobre las víctimas de la Guerra queda demostrado como el porcentaje mayor de los asesinados por el terror rojo se corresponde a los primeros meses de la guerra, cuando el orden constitucional había desaparecido entre el golpe de estado y la revolución, disminuyendo notablemente las cifras a medida que se reconstruyen los resortes del poder en el bando republicano. Por el contrario, el terror azul se ejerce de otra manera, más sistemática. Claro que hay explosiones en las que las turbas carlistas o falangistas realizan sacas atroces de presos, pero son los menos. Lo normal es, desde los primeros días del conflicto, que los enemigos políticos sean juzgados por tribunales de la justicia militar y ajusticiados por los pelotones de la misma. Casos como el de Puente Genil son paradigmáticos en este sentido y demuestran que lo mismo que en la zona roja la autoridad del Estado republicano fue sustituida inicialmente por el caos político, en la zona fascista la autoridad del Estado republicano fue inmediatamente sustituida por la autoridad militar golpista que dejó poco margen de maniobra para acciones justicieras que escaparan al radio de control de la justicia militar.
Y esto es una tónica histórica que no sólo se puede constatar en la guerra española sino que está presente en todas aquellas situaciones sociales en las que, simplificando, se enfrentan un terror rojo contra un terror blanco: el terror rojo es, siempre, inicialmente caótico, porque obedece a la subversión del orden social; pero el terror blanco siempre es sistemático y estructurado, porque obedece a la cosificación absoluta del orden social.
Como podrás comprobar esto no son teorías para exculpar a nadie (como tengo los datos y una reconstrucción bastante verídica de lo que sucedió en Úbeda los primeros días de la guerra civil no tengo nada que inventar para exculpar a personas como Blas Duarte que fueron responsables, si quiera por omisión, de lo que sucedió) sino argumentos basados en la realidad histórica. Lo cual no significa que esta entrada tenga que gustarle a todo el mundo: pero es que decir que los presos indefensos que fueron asesinados la madrugada del 31 de julio de 1936 fueron asesinados por militares (que ya se habían marchado) y por políticos de izquierdas, en un plan organizado y diseñado, no es decir la verdad.
Saludos.
¿Y qué pasó entonces con las checas que se constituyeron en todo el pais y que actuaron a lo largo de la guerra civil?
Siempre se ha hablado del joven Carrillo en Madrid mirando hacia otro lado mientras hacían escabechinas.
Es curioso que las matanzas que hacían los "revolucionarios" fuesen fruto de un "calentón justificado" y que los juicios sumarísimos de la posguerra fuesen genocidios.
Interpretaciones que se hacen de la historia.
Como decía Azaña, que más le importaba la vida de un solo republicano a que ardiesen iglesias y conventos....
Lo que sí escuché decir a mis abuelos fue que en Úbeda pagaron muchos con su vida por ingenuos. Que se jactaban algunos en público de haberle dado el "paseillo" a otros y pagaron luego con su vida pese a haber sido una bravuconada.
Por cierto, tú dices que las matanzas de Úbeda fueron debidas a que no había militares, que se habían largado de Úbeda.
Por favor, repasa tus datos porque Úbeda no estaba sin militares. Otra cosa bien distinta es que no hubiese guardias civiles.
Bueno pues ya está, Blas, y yo que creía que la exposición que había hecho era más o menos ajustada a la realidad y resulta que está todo reinventado tendenciosa y maliciosamente, aunque yo hable de la responsabilidad de ciertos políticos en lo que sucedió en Úbeda o aunque yo no nombre a los militares ni a Carillo...
Mejor así entonces: Erase una vez Úbeda en julio del 36. Una tarde, decididos a quemar las imágenes de Semana Santa y a matar a un montón de personas, se reunieron los escasos efectivos militares del Cuartel de Doma y Recrían, que habían permanecido leales a la República,los concejales de izquierdas y los sindicatos, el juez y el director de la prisión y trazaron sus planes. En medio de un intenso olor a azufre, formaron una cheka la tarde del 18 de julio y planearon la quema de las iglesias y las matanzas de gentes de derechas. Los concejales afilaron las hachas y cargaron las escopetas, los militares dijeron que ellos no sólo no harían nada sino que se pasasen por el cuartel para recoger municiones y el juez y el director de la prisión se dedicaron a meter a gente en la cárcel para que los pobres asesinos no tuvieran que estar toda la noche dando vueltas para matarlos y los tuviesen allí a todos juntos, que como iba a compararse matar a cincuenta juntos que de uno en uno.
Por supuesto en Úbeda y en el resto de España no desaparecieron las estructuras legales de la República, sino que Azaña y demás lo tenían ya todo preparado para que en cuento hubiese un golpe de Estado comenzase una matanza, porque ya sabemos que la República era solo un régimen asesino que quería quemar iglesias. Y por supuesto Paul Preston o Santos Juliá son unos rojos indocumentados que cuando hablan de revolución, subversión del orden constitucional o impotencia de las autoridades republicanas para mantener el orden durante los primeros meses de la guerra, están reinventado la gloriosa historia del Alzamiento Nacional.
Mejor así, sin duda, y mucho más apegado a lo que realmente sucedió.
Ni una cosa ni otra, Manolo.
Para empezar, ¿hubo castigo por parte de los que representaban a la República hacia las "turbas" una vez que se restableció el "orden democrático"?
NO. Hasta rieron las gracias y miraron hacia otro lado. De hecho, hubo registros y paseillos durante bastante tiempo.
¿Es posible dejar la responsabilidad de todo en la ausencia de guardias civiles y el vacío legal revolucionario?
NO. Y no me vale la responsabilidad de un alcalde.
De todos modos, si hubiese pasado hoy en día, la represión hubiese sido la misma. Ya tenemos "jueces ubetenses" (lo entrecomillo porque los méritos que han hecho para llegar al puesto son....) especialistas en absolver a las turbas. ¿Te suena esto de algo?
Y ya que citas autores sobre la guerra civil, cita autores como Stanley Payne, puesto que Paul Preston, Julià, Moa, Vidal, etc... tienen un "tufillo"..... (Te recomiendo "El colapso de la República", de Stanley Payne).
Hombre Blas, comparar a Paul Preston (considerado como uno de los cuatro o cinco grandes hispanistas de todos los tiempos) o a Santos Juliá, que es sin duda uno de los intelectuales españoles más importantes de las últimas décadas con Pío Moa (ex terrorista del GRAPO reconvertido ahora en vocero de la ultraderecha, lo cual es ilustrativo de cuán cerca están todos los extremos) o con César Vidal, pues como que es pasarse de frenada...
Y en cuanto a lo de ese agorerismo de que la represión roja sería ahora igual que en el 36, pues también me parece un poco excesivo, pero como cada uno es dueño de sus miedos, yo ahí no entro, y si hay gente que piensa que vienen los rojos a quemar santos, violar monjas y matar a personas de orden, pues está en su derecho.
En cuanto a lo de los jueces ubetenses que están en sus puestos sin méritos, que liberan a turbas revolucionarias (!) y que según deduzco están haciendo méritos para presidir un Tribunal Popular Revolucionario que bendiga la quema de santos y demás, pues la verdad es que no me suena de nada. Si me lo aclaras, seguimos con el tema, que parece interesante.
Saludos.
Paul Preston y Santos Julià son autores afines a cierta ideología, y eso se plasma en sus escritos.
Los comparo a Moa y Vidal, aunque sólo por sus ideologías enfrentadas. Obviamente, a nivel histórico, no hay comparación posible.
En cuanto a tu sorpresa por los "jueces", sólo decirte que sabes sus nombres y apellidos, no te pases tú de frenada.....
Como decía Stanley Payne, en la guerra civil no hubo buenos contra malos, sino malos contra malos.
Quien lea tu post pensará que sólo hubo uno malo de izquierdas y todos los nacionales eran malos. Y no es así.
Quien olvida su propia historia ya sabe lo que le puede ocurrir.....
En cuanto a lo de buenos contra buenos, malos contra malos, buenos contra malos, un malo contra muchos buenos, un bueno contra muchos malos... Yo tengo clara mi teoría, que es la de Muñoz Molina: en la guerra hubo un puñado de fanáticos en ambos extremos y en medio una población indefensa que no quería la guerra, que fue a ella obligada y que la padeció, la sufrió, la pagó y la regó con su sangre, y que se correspondía con esa España eterna de la paz, la piedad y el perdón de la que hablaba el Presidente Azaña en un discurso emocionante y memorable. Y si alguien, de la lectura de mi entrada, concluye que sólo hubo un malo de izquierdas y muchos malos de derechas, será porque, leyendo desde el sectarismo político (no desde la ideología: las ideas son una cosa y el sectarismo es otra; ideas es lo que tienen Preston, Payne o Juliá: sectarismo es lo de Vidal o Moa) es eso lo que quiere entender. En cuanto a lo de que España repita su historia por olvido, no creo que debamos temer: uno no olvida lo que no conoce. Y aquí no conocemos nuestra historia.
Blas, claro que sé de que juez hablas y sé que hablas del tema de Sánchez Gordillo. Pero lo correcto hubiese sido que dieses el nombre directamente, sin tirar la piedra y esconder la mano. Por lo que a mi respecta, y con respecto a ese juez en el que tú ves personificados todos los males, te diré que es mi amigo y que me honro con ello, que es una de las personas más extraordinarias que conozco, de una humanidad y una capacidad intelectual impresionantes, y que en el ámbito de los profesionales del derecho en Andalucía está considerado como uno de los magistrados más reputados y más sólidos jurídicamente. Y como sé el daño personal que le causaron a sus familiares estas difamaciones que vertieron los medios de la extrema derecha, me duele profundamente esa alusión velada a su persona. Pero sí, sí sé quien es y sí doy la cara por él.
Y por mi parte dejo aquí el tema, que está visto que acercarse a la Guerra Civil desde la perspectiva histórica es bastante complicado aún y que aquí lo que prima es arremangarse y meterse en el fango de la sangre y la mierda, para ver a cuantos salpica.
Saludos.
Si tú das por zanjado el tema, yo también.
Por cierto, no sabía que Carlos Herrera fuese un extremista de derechas, que Ondacero fuese un medio de extrema derecha, que elconfidencial.com fuese otro medio de extrema derecha.....
Se ve que la extrema derecha abunda como las malas hierbas.
Siempre nos quedará un medio rigurosamente independiente como El País para poder objetivar las noticias.
Esa adoración por Azaña también la tenía tu ex-ídolo Zapatero, el mayor revanchista de la guerra civil que haya nacido en este pais.
Pero una cosa es hacer discursos para la historia sobre el papel y otra bien distinta es lo que hizo o permitió hacer (Azaña).
En cuanto a que lo que pasó no vuelva a ocurrir, sólo reflejarte un comentario que escuché mientras veía una procesión en nuestra querida Úbeda:
"Menos mal que en Úbeda quemaron las imágenes antiguas en el 36. Nos hicieron un favor porque eran feísimas. Las de ahora son muchísimo mejores".
Ya ves la Semana Santa que se está "cociendo" en Úbeda, una continuación del Carnaval.
Saludos cordiales.
Digo yo que de la Semana Santa que se está cociendo en Úbeda en 2014 tendremos la culpa tú y yo y el resto de los cofrades, no los rojos del 36...
¿Ves? Al final en algo estamos de acuerdo: en Úbeda siempre terminamos hablando de Semana Santa. :-)
PD. Leo elconfidencial.com, elpais.com, elmundo.es, soy oyente de Radio Úbeda, fui oyente de Radio Nacional y de vez en cuando escucho Onda Cero, en tiempos fui oyente de Carlos Herrera y lector casi diario de El País edición papel (que hace casi dos años que dejé de comprar), forme parte de los que creyeron en el discurso de Zapatero, comencé a leer a Azaña en una elogiosa selección de sus obras que hizo Jiménez Losantos, si tengo que identificarme con alguien en la Guerra Civil no será ni con Mola ni con La Pasionaria sino con Chaves Nogales y como él, me gustaría definirme como "un pequeñoburgués liberal, ciudadano de una república democrática y parlamentaria"... Pero como no soy un dogmático ni un sectario, no me importa ni me duele el rectificar, cambiar, madurar y reconocer los errores. Muñoz Molina dijo en San Lorenzo que cuando tenía 20 años él pensaba que lo mejor que le podía pasar a España después de la dictadura de Franco era que llegase una revolución tipo maoísta. Ahora reconoce que estaba equivocado. Me gustan ese tipo de posicionamientos vitales y me reconozco en ellos: no me gustan los dogmas y nada me parece tan peligroso como la pureza.
Saludos cordiales.
Pues si lees elconfidencial.com puedes comprobar que hay varios artículos sobre tu amigo magistrado.
Sobre Carlos Herrera, sentí una profunda pena cuando una mañana abrió su comentario a las 7 de la mañana diciendo el nombre de tu amigo magistrado.
Me alegra que AMM cambiase de parecer. "Quien de joven no es de irquierdas no tiene corazón, pero quien sigue siéndolo de mayor es que no tienen cerebro...."
Aún recuerdo cuando salió en Telesur al recibir un premio por su Beatus Ille, mi novela preferida. Ya han pasado décadas de aquello.
Yo también escuché durante mucho tiempo a Luis del Olmo.
Pero mire usted por donde, nunca he soportado Intereconomía, ni los gatos al agua... De hecho tenía bloqueada esa cadena, al igual que Tele5, de mi TDT.
Y leer un libro de César Vidal o Pío Moa, como que parecen comics.
Tengo mis ideales, como todo el mundo, pero cada vez más escepticos y críticos. No soporto el maniqueísmo. Ni tampoco los salvadores que vienen con ideales bolivarianos.
No me gustan los extremos, esos que acertadamente escribiste que se tocan.
Del tema Semana Santa, poco voy a cambiar yo pues no soy de ninguna cofradía. Me encanta la Semana Santa pero siempre he sido de todas y de ninguna. Bueno, últimamente corren vientos nuevos que me gustan menos. Ya no se trata de que salgan tronos a andas o costales, sino esas bandas con unos clarines que se te meten por los sentidos. A eso le llaman progreso. Yo soy más de la antigua banda de tambores y bombos de las Angustias, que tocaban rematadamente mal pero que rompían más parches que ninguna otra. O de la banda de la Cruz Roja que acompañaba a La Santa Cena.....
A "mi Semana Santa de Úbeda" le sobran muchos sevillanismos....
Al final hemos acabado con la Semana Santa.
Un abrazo sincero con deseos de que te prodigues más por esta que es tu casa, aunque a veces te salgan críticas como la mía. Prometo dosificar las "diócesis" de cal y de arena. ;)
Hola, Blas Reyes y Manolo Madrid. No sé por qué me da la impresión de que yo pueda ser alguno de esos "jueces ubetenses" a los que Blas alude en alguno de sus comentarios, invocando como argumento para sus opiniones sobre esos jueces la autoridad de Carlos Herrera y El confidencial.
Estoy seguro, Blas Reyes, de que si tuviéramos ocasión de mantener una conversación (personal o por e-mail), tendrías más elementos de juicio y te quedarías mucho más tranquilo con la Justicia y más intranquilo con el mundo de los periodistas.
Yo te ofrezco esa conversación, sinceramente.
Basta que me hagas llegar un medio para contactarte.
Saludos.
Y gracias, Manolo, por la calidad de este artículo.
Hola Miguel,
Mi email es blasreyesmolina@gmail.com.
Saludos
Acabo de leer el correo que me ha enviado Miguel y estoy consternado.
Siempre me gusta contrastar las noticias y en su caso lo hice a través de Carlos Herrera y elconfidencial.com (dos medios supuestamente independientes)
Lo primero de todo pedir disculpas a Miguel Pasquau Liaño por el comentario que realicé.
Lo primero que voy a hacer mañana es hacerle llegar un correo a Carlos Herrera, que sé que leera porque por aquello del azar tengo un buen amigo que trabaja para él, pidiéndole explicaciones por el comentario que realizó.
Del mismo modo, intentaré hacerle llegar el mismo correo al periodista de elconfidencial.com.
También me toca pedir disculpas a Manolo Madrid por utilizar su blog para realizar comentarios basados en noticias "cocinadas" por terceras personas.
Mil perdones.
Hola Manuel Madrid Delgado, soy de Granada y he entrado en tu blog recomendado por un ubetense. Viendo tu articulo publicado estoy muy interesado como historiador sobre este tema publicado por ti. ( Y está comprobado que hubo dirigentes políticos (el cabecilla de la turba, fusilado luego en 1939 por su responsabilidad en los crímenes, era militante de Izquierda Repúblicana) entre los milicianos que asaltaron la cárcel. Pero también está comprobado que quienes en aquellos momentos todavía tenían el honesto convencimiento de que representaban a la República se negaron a colaborar con el crimen, aún a riesgo de sus vidas. El juez del Partido se negó a ordenar la apertura de las puertas de la cárcel, y el Director de la Prisión, Celedonio Díaz Delgado, en un gesto de altísimo valor humano, se negó a dar la orden de abrir las puertas de la cárcel para que entraran los asesinos. Y al día siguiente, el juez y los médicos paran el intento de las masas de quemar a los presos y realizan todas las autopsias, como mandaba una ley que ya a nadie le importaba, en medio de un ambiente de exaltación extrema. Pero poco más podían hacer los que hasta unos días antes habían tenido algún tipo de autoridad porque, sencillamente, en Úbeda no había ya agentes la fuerza pública de la autoridad: los cuatrocientos guardias civiles que se habían concentrado en la ciudad y que sirvieron para contener a las masas revolucionarias los primeros días de la guerra, se marcharon el 25 de julio: es significativo que el asalto a las iglesias se produce al día siguiente, cuando los revolucionarios saben que ya no hay fuerza armada que los frene. Y esto son hechos constatados.)
Veo que posees una buena informacion de estos echos y por favor le pido informaciónn sobre un procedimiento sumarisimo de urgencia nº 15.023 en la plaza de úbeda el 18 de abril de 1939 por unos crimenes ocurridos en la carcel en la noche del 31 julio 1936 y sobre un capitan de la CNT Juan Paton Rojas y Francisco Martinez Molina. Si tienes alguna informacion Mi email es angelnerja@gmail.com
Hola Manuel Madrid Delgado, soy de Granada y he entrado en tu blog recomendado por un ubetense. Viendo tu articulo publicado estoy muy interesado como historiador sobre este tema publicado por ti. ( Y está comprobado que hubo dirigentes políticos (el cabecilla de la turba, fusilado luego en 1939 por su responsabilidad en los crímenes, era militante de Izquierda Repúblicana) entre los milicianos que asaltaron la cárcel. Pero también está comprobado que quienes en aquellos momentos todavía tenían el honesto convencimiento de que representaban a la República se negaron a colaborar con el crimen, aún a riesgo de sus vidas. El juez del Partido se negó a ordenar la apertura de las puertas de la cárcel, y el Director de la Prisión, Celedonio Díaz Delgado, en un gesto de altísimo valor humano, se negó a dar la orden de abrir las puertas de la cárcel para que entraran los asesinos. Y al día siguiente, el juez y los médicos paran el intento de las masas de quemar a los presos y realizan todas las autopsias, como mandaba una ley que ya a nadie le importaba, en medio de un ambiente de exaltación extrema. Pero poco más podían hacer los que hasta unos días antes habían tenido algún tipo de autoridad porque, sencillamente, en Úbeda no había ya agentes la fuerza pública de la autoridad: los cuatrocientos guardias civiles que se habían concentrado en la ciudad y que sirvieron para contener a las masas revolucionarias los primeros días de la guerra, se marcharon el 25 de julio: es significativo que el asalto a las iglesias se produce al día siguiente, cuando los revolucionarios saben que ya no hay fuerza armada que los frene. Y esto son hechos constatados.)
Veo que posees una buena informacion de estos echos y por favor le pido informaciónn sobre un procedimiento sumarisimo de urgencia nº 15.023 en la plaza de úbeda el 18 de abril de 1939 por unos crimenes ocurridos en la carcel en la noche del 31 julio 1936 y sobre un capitan de la CNT Juan Paton Rojas y Francisco Martinez Molina. Si tienes alguna informacion Mi email es angelnerja@gmail.com
Hola Manuel Madrid Delgado, soy de Granada y he entrado en tu blog recomendado por un ubetense. Viendo tu articulo publicado estoy muy interesado como historiador sobre este tema publicado por ti. ( Y está comprobado que hubo dirigentes políticos (el cabecilla de la turba, fusilado luego en 1939 por su responsabilidad en los crímenes, era militante de Izquierda Repúblicana) entre los milicianos que asaltaron la cárcel. Pero también está comprobado que quienes en aquellos momentos todavía tenían el honesto convencimiento de que representaban a la República se negaron a colaborar con el crimen, aún a riesgo de sus vidas. El juez del Partido se negó a ordenar la apertura de las puertas de la cárcel, y el Director de la Prisión, Celedonio Díaz Delgado, en un gesto de altísimo valor humano, se negó a dar la orden de abrir las puertas de la cárcel para que entraran los asesinos. Y al día siguiente, el juez y los médicos paran el intento de las masas de quemar a los presos y realizan todas las autopsias, como mandaba una ley que ya a nadie le importaba, en medio de un ambiente de exaltación extrema. Pero poco más podían hacer los que hasta unos días antes habían tenido algún tipo de autoridad porque, sencillamente, en Úbeda no había ya agentes la fuerza pública de la autoridad: los cuatrocientos guardias civiles que se habían concentrado en la ciudad y que sirvieron para contener a las masas revolucionarias los primeros días de la guerra, se marcharon el 25 de julio: es significativo que el asalto a las iglesias se produce al día siguiente, cuando los revolucionarios saben que ya no hay fuerza armada que los frene. Y esto son hechos constatados.)
Veo que posees una buena informacion de estos echos y por favor le pido informaciónn sobre un procedimiento sumarisimo de urgencia nº 15.023 en la plaza de úbeda el 18 de abril de 1939 por unos crimenes ocurridos en la carcel en la noche del 31 julio 1936 y sobre un capitan de la CNT Juan Paton Rojas y Francisco Martinez Molina. Si tienes alguna informacion Mi email es angelnerja@gmail.com
Gracias por tus palabras sobre mi tío abuelo. Nos honras a ambos.
En aquella turba hubo concejales y la omisión de socorro del Sr. Alcalde, Duarte. Eso es responsabilidad política.
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