Bueno, parece que tras muchos intentos esto va a comenzar a marchar. Aunque conociendo mi torpeza cibernética, mejor no hacerse ilusiones.
Sin embargo, no deja uno de preguntarse por la necesidad de escribir algo para que todos lo lean. No ya por timidez o vergüenza: ¿no es demasiado arrogante pensar que lo que uno dice tiene de verdad interés? Escucho ahora que comienza la madrugada a Fito. Y su canción de tristeza viene como anillo al dedo a mis palabras:
Que te voy a decir si yo acabo de llegar,
si esto es como el mar: ¿quién conoce alguna esquina?
Pues eso: que acabamos de llegar, pero no a internet, sino a la vida, porque siempre somos unos recién llegados, porque nunca podemos estar de vuelta de nada, porque quiero seguir pensando que todo esta fuera, intacto, como cuando yo era niño y amanecían las mañanas de verano. ¿Qué voy a decirle a nadie en este cuaderno? ¿Que "otro camino" mostrar si no es el mío propio, ese en el que ando perdido? ¿Qué voy a decirle a nadie si acabo de llegar y en el mundo no hay esquinas para orientarnos? Nadie puede decirnos "tuerce a la derecha cuando llegues a la esquina del fondo: allí esta la felicidad." Tenemos que buscarla solos: esto es un laberinto y todos acabamos de llegar.
Y pese a todo parece que marcha este cuaderno para inventar sueños.
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