martes, 23 de noviembre de 2010

GILIPOLLAS




Han convertido la política en una mezcla de basurero y cabaret cutre, en una parodia de los programas de Tele 5, y todavía tienen arrestos para parecer indignados porque uno de ellos –un candidato de los socialistas catalanes de Lérida– llama gilipollas a los otros nacionalistas, a los CiU, porque en su cartel aparece una sonrisa, que es la que ilustra esta entrada. El socialista –es un decir–, llamado Joaquim Llena, se preguntaba dirigiéndose a los de CiU que de qué se reían con la que está cayendo.

Yo me pregunto si se puede caer más bajo, a nivel político, de lo que ya se ha caído en la campaña catalana. Estas cosas las sigo desde hace tiempo con cierta distancia: por una pura cuestión de salud moral y mental creo que es conveniente mantenerse apartado de la plaga de los políticos. Pero es cierto que no acabo de perder ese morbo que me provocaban, cuando joven, las cuestiones políticas y la deformación académica me sigue espoleando ocasionalmente a tomar ciertas dosis de noticias políticas. Desde luego, las conclusiones a las que uno llega después de las pocas cosas de la campaña catalana que he visto, leído u oído, no pueden ser más desoladoras: el uno que reniega de sí mismo y de su nacionalismo étnico para ver si los catalanes que se sienten socialistas y españoles acuden a su socorro, como si no hubieran sido maltratados y vejados durante estos años; los otros con chascarrillos y bromas, que es lo más elevado a lo que ya trepa la política española; aquellos que en Cataluña son nacionalistas catalanes, en el País Vasco nacionalistas vascos, en Albacete nacionalistas albaceteños y en Algeciras nacionalistas gibraltareños con tal de fastidiar la idea de España –que como todos sabemos es algo que inventaron Franco y la Falange–, allegando a sus ideas a los intelectuales de la ceja, que son como veletas, vamos; y todos retratados como caganer, con el culo al aire –así nos están dejando a los españoles, y también hay que tener tripas para poner una figurita de estos tipos, aunque sea cagando, en el belén–, o fingiendo orgasmos, o en pelotas... Solo "Sálvame" o cualquier otro programa de esa calaña es comparable a la degeneración cívica que hemos visto en la Cataluña electoral.

Por eso se equivoca el señor Llena. La pregunta no puede dirigirse a los nacionalistas de CiU, porque es una pregunta dirigida a toda la casta política española. ¿De qué os reís, o de qué os sonreís, con la que está cayendo? ¿A cuento de que viene esa risa de medio lado, entre falsamente amable y claramente ladina que ponéis en los carteles, esa sonrisa medida y premeditada, falsa como un judas de plástico, peligrosa como un banquero? ¿De qué os reís si todos nos habéis empujado a este borde del precipicio? ¿Cómo tenéis la poca vergüenza de poner vuestras caraduras en los cartelones electorales, ensuciando las calles? ¿Cómo tenéis todavía valor de acudir a pedirnos el voto? ¿Cómo os atrevéis a violar la intimidad de nuestras casas con vuestras voces hueras, a través de los televisores? Pues eso, gilipollas, que de qué os reís, que de qué presumís, que de qué os quejáis, que de qué alardeáis, que de qué no os arrepentís, que de qué os extrañáis porque la gente se vaya a quedar en su casa y no acuda a votar si habéis machacado la ilusión y la paciencia de todos los decentes, que por qué no dimitís todos, panda de ineptos y mentirosos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran entrada y mejor último parrafo el que escribes, sí señor. No soy muy afín a la política por la calaña que hay en ella, sobre todo en la española donde vamos de mal en peor.
Y por cierto, eso de la sonrisa es parecido a la última campaña electoral que hizo el PP en Cádiz, "La Ciudad que Sonríe", que mejor no comentar porque tiene telita.