Cada noche de la Navidad, incluso cuando ha estado malo, Manuel ha cogido una de las figuras del Nacimiento que tenía en su cuarto (preferentemente el Rey Baltasar) y le contaba lo que quería que los Reyes Magos le trajesen: "Baltasar, un camión. Baltasar, un pupitre. Baltasar, un peluche de Dora". Y así una y otra vez. El día 6, ya por la noche, después de recoger todos sus regalos y de jugar con ellos hasta bien tarde, mientras le cambiaba el pañal para acostarlo, giró la cabecilla y se quedó mirando al Nacimiento, y sin que nadie le dijese nada, comenzó a decir "Baltasar, gracias. Pastorcillo, gracias. Virgen María, gracias".
4 comentarios:
Nadie aprende nada por generación espontánea, y los niños y niñas menos aún.
Así que, querido Manolo, vuestro Manuel, ya desde sus primeros balbuceos, dirá y manifestará lo que esté viviendo y mamando de sus progenitores y de todos los que lo rodean y lo quieren.
Que no te extrañe esa maravillosa reacción de acción de gracias que vuestro hijo ha tenido tras la recepción de los regalos de los "Reyes".
¡¡Enhorabuena y un abrazo!!
La verdad es que ser padre es una aventura maravillosa y Manuel es un pozo de sorpresas, supongo que como todos los hijos. Pero ese gesto suyo me sorprendió, me alegró y me emocionó: nunca he visto mejor retratada la felicidad, y mi hijo lo que agradecía era que lo habían hecho feliz.
Un abrazo.
No deberiamos olvidar nunca al niño que llevamos dentro.
Manuel nos recuerda que debemos ser agradecidos con cada dia que vivimos.
Bien por Manuel, un besito!
El niño que llevamos dentro nos hace mejores y nos rescata de lo peor de lo humano. Llevas razón: nunca deberíamos olvidarnos de que un día fuimos niños y tendríamos que esforzarnos en ver el mundo con los ojos de los niños, porque ellos sólo ven lo realmente importante.
Saludos.
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